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La estructura de la vivienda se encuentra en un estado calamitoso, según se puede observar a simple vista.
El lugar fue levantado para uso de los agentes policiales del Departamento de Bosque y Delitos Ambientales (Deboa).
Los uniformados fueron designados en el lugar para realizar estrictos controles sobre la extracción de maderas y carbón vegetal del predio de la reserva natural Campos Morombí, invadido por grupos de campesinos.
Según fuentes, los labriegos se dedican exclusivamente a la depredación del bosque con el presunto respaldo y complicidad de políticos y autoridades de la zona, según las reiteradas denuncias de la familia Riquelme.
Los policías de Deboa dijeron que si bien hay víveres, estos no son suficientes. A consecuencia de ello, el trabajo funciona a media en cuanto a los controles en la salida de camiones del predio de la reserva repletos de productos forestales.
“Nosotros no queremos apretar demasiado tampoco porque tienen respaldo ellos”, señaló un oficial que prefirió no brindar su nombre por temor a represalias.
Intentamos conversar con el jefe de policía de Canindeyú, comisario principal Simeón Martínez, pero el mismo no contestó a nuestras llamadas.
No obstante, fuentes de la jefatura de policía informaron que la unidad de Deboa no depende directamente de la jefatura de Canindeyú.