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YGUAZÚ, Dpto. de Alto Paraná (Sara Fleitas Riveros, corresponsal). El agricultor perdió el invernadero en mayo pasado. Según dijo, le aseguraron que la estructura era muy resistente y de muy buena calidad, sin embargo no fue así.
Pese a recurrir al MAG en varias ocasiones, hasta el momento ni un funcionario se ha acercado a ver el estado en que quedó su invernadero tras el fenómeno climático. Al contrario, dijo que lo único que recibe del Crédito Agrícola de Habilitación (CAH) son las notificaciones para que se ponga al día con la cuota de G. 7.650.000 que se había comprometido a pagar.
“Los hierros se rompieron casi todos y el plástico se partió en pedazos. No hay nada que se pueda reutilizar, quedaron inservibles”, expresó don Héctor.
Añadió que ya se acercó a oficina del Crédito Agrícola de Juan León Mallorquín para pedir que funcionarios verifiquen su finca y vean el estado del invernadero. Sin embargo, ya pasaron siete meses de aquella tormenta y hasta la fecha nadie se acercó, remarcó.
“Yo quiero que me reparen el invernadero, porque cuando instalaron, me dijeron que iba a soportar cualquier fenómeno climático, pero lamentablemente cayó en la primera tormenta que vino. Ahora me exigen que pague y no sé de dónde voy a sacar el dinero”.
Contó que ya pagó la cuota correspondiente al 2016 y que el 21 de noviembre pasado debía pagar la segunda.
Luego de perder el invernadero y sus cultivos, Héctor Núñez no tuvo otra alternativa que vender la última vaca lechera que tenía para el consumo de la familia, para de esa forma construir otro invernadero pero de forma rústica.
El productor cultiva desde hace tres años repollo, melón, locote y tomate, que comercializa a los revendedores de Encarnación.
El labriego tiene una familia que mantiene con la venta de su producción de hortalizas.