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JUAN LEÓN MALLORQUÍN (Sara Fleitas, corresponsal). La finca de Eledio Aguilar está ubicada en pleno casco urbano de la ciudad en el barrio Inmaculada. Comentó que los conocimientos sobre el trabajo en el rubro de hortalizas los heredó de su padre, Antonio Aguilar (56), quien desde pequeño le inculcó el amor a la tierra.
Aseguró que la horticultura es una buena opción que tienen los jóvenes de ganarse honestamente la vida, ya que genera muy buenas ganancias y en corto tiempo.
El joven actualmente cuenta con 1.500 plantas de repollo y 500 plantas de lechuga de buena calidad y en plena etapa de cosecha. Toda la producción tiene mercado asegurado en los almacenes del barrio Inmaculada para la reventa al consumidor final.
Dijo que para hacer rotación de cultivos, también planta tomate, que tiene muy buena aceptación en el mercado local. En cuanto a los precios, Eledio dijo que los repollos vende a G. 2.000 cada uno, mientras que la lechuga comercializa entre G. 1.000 a 1.500 por cada planta.
Explicó que hace un año, por motivos de enfermedad de su padre, tuvieron que vender la finca familiar ubicada en la calle Paz del Chaco Sur, para comprar dos hectáreas en la zona urbana.
“No fue nada fácil empezar de nuevo acá, porque este predio era utilizado para pastaje de animales vacunos, por lo que trabajé muchísimo para recuperar la fertilidad del suelo y lograr un buen rendimiento en la producción”, comentó Eledio Aguilar.
Añadió que la producción demanda mucho gasto. En ese sentido, indicó que un paquete de semillas para 200 plantas de repollo consigue por G. 160.000 y que para unas 800 plantas de tomate consigue por G. 400.000.
Además, están los gastos para compra de malla para media sombra, insumos y fertilizantes. Pese a todo, el productor aseguró que consigue muy buena ganancia.
Sin asistencia técnica
Eledio señaló que trabaja en forma individual, sin ningún tipo de asesoramiento técnico del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Reconoció que necesita de capacitación para producir más y mejor.