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La normativa municipal establece las condiciones y dimensiones que deben tener los carteles publicitarios, a ser instalados en la vía pública de esta ciudad. En su artículo 28 señala que “todo cartel debe exponer en forma legible el número de resolución de la Junta Municipal que autoriza su instalación y el nombre de la persona física o jurídica, cesionaria del permiso”.
Sin embargo, la ordenanza es totalmente ignorada en la ciudad y la polución visual goza de impunidad, ante el nulo control de los organismos correspondientes de la Municipalidad.
El concejal Herminio Corvalán (Tekojoja), miembro de la comisión de Infraestructura y Servicios de la Junta Municipal, señaló que desde la modificación de la ordenanza en 2017, no reciben pedidos de aprobación de cartelería. “Nosotros somos un órgano que brinda a la Municipalidad herramientas legales para controlar, por eso modificamos la ordenanza, para un mayor control. Sin embargo, es la propia Comuna la que no cumple”, expresó el edil.
Algunos carteles son instalados en plena vereda del microcentro esteño, obstruyen el paso de peatones y llevan el logo institucional de la Municipalidad.
Por otra parte, al no estar autorizados por la Junta Municipal no existen garantías de seguridad de las gigantografías instaladas en los paseos centrales de la capital de Alto Paraná. Cabe recordar que en enero del 2015, un enorme cartel publicitario ubicado cerca de la Aduana cayó sobre un turista brasileño, a causa de fuertes vientos.