Escuela funciona en precarias condiciones

La escuela básica N° 7536 “Arroyo Porã” de la localidad de Alecrín del distrito de Ybyrarobaná, Dpto. de Canindeyú, funciona en precarias condiciones. Los niños que asisten a la institución educativa, todos indígenas. deben desenvolverse entre viejos muebles y sin las mínimas condiciones de comodidad. No reciben la merienda escolar ni mucho menos los kits de útiles para desarrollar sus tareas.

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YBYRAROBANÁ, Dpto. de Canindeyú (Rosendo Duarte, corresponsal). La escuela básica N° 7536 de la localidad de Alecrín de este distrito cuenta con quince alumnos todos nativos provenientes de las diferentes colonias. Funciona solo en el turno mañana bajo la modalidad de plurigrado desde el primer al sexto grado.

La institución educativa en medio de las múltiples precariedades busca salir adelante y poder impartir enseñanza de calidad a sus alumnos. Las paredes de madera y el piso de tierra roja son las mayores “comodidades” con que cuenta el local.

La única docente de escuela es la profesora Mirian Celeste González, de 20 años de edad, oriunda de la colonia Yhovy. Ella hace unos 15 kilómetros diarios en motocicleta, por tierra colorada desde el Km 335 de la Ruta X “Las Residentas”, para llegar a la institución. Cruza por la colonia Copargo para llegar a la comunidad de Alecrín, punto exacto donde se encuentra su lugar de trabajo.

Según los vecinos, la estructura de la escuela fue construida hace varios años. Tiene algunos viejos mobiliarios para los niños, que fueron recibidos cuando el aula de madera era habilitado.

La docente comentó que a la escuela asisten niños sin calzados, tampoco reciben la merienda y los kits escolares. “Lo que tienen son las ganas de aprender y el sueño de cambiar su penosa historia, a través de la educación”, indicó.

“Las ganas de ayudarlos a salir de la ignorancia primero y abrirse camino en busca de alguna oportunidad, es lo que me lleva a renovar día a día mi compromiso”, dijo la maestra Mirian, que emocionada dice sentirse orgullosa de sus quince alumnos.

Destacó que a pesar de todas las adversidades asisten periódicamente a clase.

“Como verán nuestras paredes no atajan el frío y el invierno fue duro. De seguro el calor también nos hará sentir su rigurosidad”, expresó la educadora.

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