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CURUGUATY, Dpto. de Canindeyú (Alberto Núñez Barreto, corresponsal). Aprovechando los mercados que se disponen en varios puntos de la región y sin refugiarse en el impedimento físico en una de las piernas, Mario Benítez se dedica a la fabricación artesanal de la tradicional escoba en su propia vivienda de esta ciudad. Fabrica anualmente alrededor de 4.000 escobas, los precios van desde G. 10.000 a 15.000, de acuerdo a la cantidad a ser comercializada.
“Todo lo que hacemos es manual y hace más de 20 años que fabricamos nuestra tradicional escoba. Estamos contentos porque existe un mercado seguro, teniendo en cuenta que todo lo que hacemos vendemos, y acá en Curuguaty se cuenta con los lugares de venta. También hay otras opciones en Capiibary, Yasy Cañy y hasta Coronel Oviedo”, señaló don Mario Benítez.
Mediante este noble trabajo, a pesar de las dificultades físicas, pudo financiar los estudios primarios, secundarios, e inclusive universitarios de sus hijos. “Yo les hice estudiar a mis 7 hijos gracias a la venta de la producción; uno de ellos ya está culminando la facultad este año”, señaló el humilde poblador del barrio Fátima, quien trabaja solo en este menester, “porque es un trabajo muy delicado y está en juego la clientela”, aseveró.
“Este año ya fabricamos en total 4.000 escobas utilizando 900 kilos de paja, que es la materia prima. Ahora estoy acumulando ese producto y, de esa manera, poder obtener mayor ganancia, porque compro la paja y el palo. Sí necesito una máquina para elaborar el palo”, señaló.
Clama por el subsidio estatal
El humilde trabajador dijo que tiene la esperanza de acceder alguna vez al subsidio estatal que ofrece el Gobierno a través del programa Tekoporã, dependiente de la Secretaría de Acción Social (SAS). “Nos habían dicho que iba a haber ese beneficio para nosotros, hasta ahora no hay nada, pero tenemos mucha esperanza de tener ese apoyo”, expresó don Mario Benítez, que no descuida para nada la elaboración de la tradicional escoba.