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Campesino solitario, pensó que nunca necesitaría un documento, pero hoy quiere acceder al beneficio de la tercera edad, por lo que cambió de parecer.
Sigue produciendo y dependiendo de sus cultivos en su pequeña chacra de Yhovy (actualmente distrito de Ybyrarobaná, ex Corpus Christi), pero no estaría por de más tener un poco de dinero en el bolsillo, señaló.
Llegó el lunes último cerca de las 9:00 a la oficina del Departamento de Identificaciones de esta ciudad, acompañado de doña Petrona Galván, una vecina que lo ayuda con los trámites para acceder al beneficio de la tercera edad.
Pero sin cédula es imposible, le convenció doña Petrona, por lo que tras mucha insistencia logró moverle de su casa y trasladarle 80 kilómetros para tramitar su identidad.
Previamente lograron encontrar en la oficina central de la Dirección General del Registro del Estado Civil del Ministerio de Justicia y Trabajo su certificado de nacimiento, donde consta que don Pablo nació en la localidad de Roque González de Santacruz y fue inscripto por su madre, doña Geralda Villasboa, el 2 de agosto de 1951. Su fecha de nacimiento: el 2 de junio de 1950.
En el espacio que debería ir el nombre de su padre solo hay una raya. Es de madre soltera y lo poco que le llegó a contar doña Geralda sobre su progenitor es que se trata de un comisario muy mbaretécho (prepotente) de aquella época. “Muchas veces nos peleamos porque yo le reclamaba para qué se dejó embarazar por un tipo así”, comenta entre risas don Pablo.
En la comunidad de Yhovy don Pablo es muy conocido. Es que se dedica a cultivar poroto y otros rubros minifundiarios y vende en bolsitas en su comunidad.
Hace 50 años vive en el lugar, según cuenta su buena vecina, doña Petrona, y casi no va a ninguna parte. Tampoco tiene parientes por cerca.
Cuenta que su única rutina es cultivar, limpiar su chacra, cosechar y vender un poco. “A la misa voy los domingos y de allí de vuelta agarro mi asada y a mi chacra”, comenta.
Actualmente lleva una silleta para carpir sentado porque ya no consigue pararse mucho tiempo.
Pero desde que doña Petrona le comentó sobre la posibilidad de acceder a un dinero mensual, mediante el programa de la tercera edad, empezó a intrigarle la no tenencia de una cédula de identidad, documento básico para tramitar dicho beneficio.
“Sigo trabajando y tengo para comer, pero a veces hace falta un dinerito para el aceite, la sal y otras cositas que solo en el almacén se consigue”, explicó.
Doña Petrona le recuerda, sin embargo, que no es tan sencillo lograr dicho beneficio, pero que tener cédula ya es un gran paso.
Atención
El subcomisario Gerardo Alcaraz Ortiz, jefe del Departamento de Identificaciones de Salto, dijo que tratarán de conseguirle lo más rápido posible su cédula “porque se trata de una situación que amerita una atención personalizada”
Don Pablo señaló que, de conseguir documentarse, carneará el chancho más gordo que tiene para festejar su conquista.