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CURUGUATY, Canindeyú (Alberto Núñez Barreto, corresponsal). El refugio está en el barrio María Auxiliadora, en el centro de esta ciudad, y los vecinos relataron que el lugar se convirtió en un aguantadero de jóvenes drogadictos.
También piden a las autoridades municipales la iluminación de la zona, ya que a la noche resulta peligroso transitar por allí, según indicaron.
Debido al estado de abandono, las instalaciones eléctricas fueron rapiñadas, al igual que otras partes del edificio, como los sanitarios; desaparecieron los inodoros y los lavabos.
“Si la Municipalidad (de Curuguaty) se encarga de limpiar y cuidar, creemos que puede funcionar para alguna oficina, ya sea para guardería de niños o lo que sea”, refirió Porfirio Candia, poblador del barrio.
Indicó que la intención de las autoridades era buena, en su momento, porque supuestamente iba a funcionar una oficina de atención para los indígenas, que sería también un refugio y una guardería. “Cuenta con algunas piezas, muchos baños; pero al final se convirtió en una guarida de drogadictos y ladrones”, recalcó.
Durante un recorrido por el lugar pudimos observar que los sanitarios están llenos de basura. Al pozo de agua del refugio se arrojaron residuos sólidos hasta llenarlo y estropearlo.
Los vecinos solicitan la intervención de la comuna local, teniendo en cuenta el brote de dengue en nuestro país, puesto que entre toda esta basura habría focos de criaderos de mosquitos.
El refugio fue inaugurado en el 2009 y también cuenta con un amplio salón, que debería haber sido destinado para la recepción. Está sobre la calle Nanawa y Curupayty y su dimensión es de 110 metros cuadrado. Fue construido por la empresa Constructora Paraná.
Los vecinos también relataron que la semana pasada la Municipalidad de Curuguaty limpió el patio del local. Se cortó la maleza, pero el interior del edificio sigue siendo un basural.