A 20 años de la tragedia en el 3 de Febrero, espera ayuda estatal

Don Sergio Aguilar perdió una pierna tras aquella trágica noche del 5 de setiembre de 1997, cuando se derrumbaron las columnas y el techo metálico del anterior Club 3 de Febrero, en Ciudad del Este, durante un encuentro de colorados.

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CIUDAD DEL ESTE (De nuestra redacción regional). Nunca recibió ningún tipo de ayuda ni resarcimiento de parte de los dirigentes políticos que debían acercarse. A 20 años de lo ocurrido, pide una pierna ortopédica y una casilla en el centro, para poder trabajar como vendedor y mantener a su familia.

Como una noche oscura y ceñida de sangre, Sergio recuerda la noche en que perdió su pierna. Vientos huracanados derrumbaron en esa ocasión las columnas y el techo metálico de la gradería del 3 de Febrero, donde 3.000 personas asistían a una acto del Partido Colorado.

Las cifras sobre la cantidad muertos nunca se oficializaron. Hay archivos que indican que fueron 35, y otros, en el que figuran 38. Mientras que alrededor de 200 personas quedaron heridas, entre ellas, este hombre que sobrevivió y decidió contar su historia después de tantos años.

“Recuerdo que Calé Galaverna estaba en el escenario dando un discurso, y cuando terminó de decir que ‘ni si Dios está en contra de los colorados, vamos a perder; si ganamos, vamos a vestir a la Virgen de rojo’, en ese momento se vino abajo parte del techo y las vigas comenzaron a volar”, comenzó su relato Aguilar, quien ahora tiene 46 años.

El hombre explicó que del temor quiso salir corriendo en aquel momento, pero quedó paralizado por unos instantes. Cuando intentó escapar del lugar, vio que otra parte del tinglado se vino abajo; allí cayó al suelo y un pilar de cemento se le vino encima. “Quedé atrapado por dos horas, y un amigo a quien nunca voy a olvidar, Juan Carlos Martínez, vino a socorrerme con otras personas. Casi me abandonaron en un puesto de salud, pero finalmente me trasladaron hasta Asunción en una avioneta”, señaló.

Dijo que en el vuelo iban tres heridos, pero solo él llegó vivo al IPS de la capital del país. Estuvo internado seis meses y fue sometido a varias cirugías. Su pierna izquierda sufrió muchas facturas, pero se pudo salvar, mientras que la derecha fue prácticamente “aplastada” por el impacto y dos años después tuvo que ser amputada.

Tras el accidente, comenzó su larga lucha de recuperación. Estuvo cinco años en silla de ruedas y después de eso, finalmente logró comprar una pierna ortopédica con la ayuda de sus allegados.

Agregó que hace 15 años utiliza la misma prótesis, y que necesita con mucha urgencia una nueva. “Hay veces que no puedo casi caminar del dolor”, se quejó.

Una casilla para trabajar

Don Aguilar trabajó por 15 años como vendedor ambulante en el microcentro de la ciudad. Hace tres, cuando quedó sin capital, comenzó a dedicarse al servicio de guía de turismo en la zona primaria del Puente de la Amistad, donde recibe y orienta a los turistas a diferentes centros comerciales. Con eso se gana la vida, pero admite que cada día le resulta más difícil acompañar a los visitantes, por la discapacidad física que le impide caminar con rapidez.

Afirmó que en muchas ocasiones trabajó en las campañas políticas de los Zacarías, con la esperanza de lograr algún tipo de asistencia, pero nunca consiguió. “Los políticos jamás se acercaron ni para saber cómo estaba. Pero ahora realmente necesito (...) una casilla que me pueda servir para trabajar”.

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