Cargando...
Ya desde la antigüedad se le otorgaba a la verbena poderes medicinales, y hoy se utiliza como “antiespasmódico, antianémico, antirreumático y antineurálgico. También se usa para el tratamiento de dolores menstruales, insomnio, cefaleas y migrañas, y hasta parásitos intestinales. Además, infecciones leves, taquicardia, gastritis, estreñimiento, sinusitis, bronquitis, calambres, quemaduras, ulceraciones y conjuntivitis.
“Se emplea para bajar la fiebre en afecciones hepáticas, renales y dérmicas. Tiene propiedades relajantes, digestivas, expectorantes, diuréticas y astringentes. Estimula las contracciones uterinas en el parto”, señaló el ingeniero agrónomo Francisco Burgos.
¿Cómo se consume?
“Para trastornos de hígado, riñones o bazo, se recomienda su ingestión en forma de cocimiento o té en una dosis de tres tazas al día. Se prepara hirviendo durante media hora 100 gramos de hojas, flores y raíces de la planta en un litro de agua. Es necesario colar o filtrar antes de ingerir.
Otra forma de utilización es el cataplasma, como medicamento de aplicación externa.