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–El ano es el segmento que conecta el recto (última porción del intestino grueso) hacia el exterior del cuerpo. Este canal anal está rodeado por los músculos esfinterianos que mantienen cerrado el conducto, excepto cuando los músculos se relajan durante la defecación. El cáncer se produce en la capa más interna, en la mucosa, conocida como carcinoma de células escamosas. Cuando se produce el cáncer, las células de ese epitelio, que es normal al principio, sufren cambios en su estructura debido a mutaciones genéticas o factores ambientales.
–¿Cuál es la prevalencia?
–El cáncer anal es bastante infrecuente. Es responsable de aproximadamente 1% a 2% de los cánceres gastrointestinales. Cerca de 4.000 nuevos casos de este mal se diagnostican cada año en los EE.UU., tanto en hombres como en mujeres. Aproximadamente 600 personas morirán de la enfermedad cada año. Esto puede ser comparado con 140.000 nuevos casos de cáncer colorrectal con 50.000 muertes por año.
–¿Cuáles son sus síntomas?
–Un paciente que esté desarrollando un cáncer de ano puede presentar algunos de los siguientes síntomas:
* Eliminación de sangre por el ano en forma espontánea o durante la defecación.
* La sensación de un bulto o masa en el ano.
* Dolor anal espontáneo, o durante la defecación.
* Picazón persistente o recurrente.
* Cambio en los hábitos intestinales o aumento de esfuerzo durante la defecación.
* El estrechamiento de las heces (heces finas).
* Eliminación de moco o pus por el ano.
* Inflamación de los ganglios linfáticos en las zonas del ano o la ingle.
* El sangrado es un síntoma muy importante que puede ser causado por condiciones menos graves, como las hemorroides, por ejemplo, pero nunca se debe asumir esto como verdad única y dejar pasar el tiempo sin consultar al médico. Un tumor diagnosticado en forma temprana tiene un altísimo porcentaje de curación.
–¿Quiénes son propensos a contraer esta enfermedad?
–Los factores de riesgo para padecer cáncer de ano incluyen:
La edad: la mayoría de las personas con cáncer anal tienen más de 50 años de edad.
El sexo anal: las personas que practican sexo anal, de forma promiscua sin protección, se encuentran en un mayor riesgo.
Fumar: productos químicos nocivos del hábito de fumar aumentan el riesgo de la mayoría de los cánceres, incluyendo el cáncer anal.
Inmunosupresión: las personas con sistemas inmunológicos debilitados, como los pacientes de trasplante que deben tomar medicamentos para suprimir su sistema inmune y los pacientes con VIH (virus de inmunodeficiencia humana), tienen un riesgo mayor.
Inflamación local crónica: las personas con fístulas anales o fisuras abiertas por un periodo de tiempo prolongado tienen un riesgo ligeramente más alto.
Radiación pélvica: quienes han recibido radioterapia pélvica para otros cánceres, tales como la próstata, la vejiga o cáncer de cuello uterino, también tienen un riesgo mayor.
(*) Cirujano Coloproctólogo, especializado en el Hospital das Clínicas de São Paulo-Brasil.