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El método consiste en aplicar la quimioterapia junto con aptámeros, unas moléculas creadas en laboratorios y que actúan como anticuerpos contra el cáncer de próstata.
El tratamiento fue probado por expertos de la Universidad de Duke en ratones y demostró ser más seguro que los que se emplean actualmente para combatir esta patología.
Uno de los aspectos que diferencian a esta investigación es el desarrollo de un antídoto que permite desactivar a los aptámeros en caso de que estos provoquen una reacción negativa inesperada en el huésped.
“El beneficio de los aptámeros comparados con los anticuerpos es que tenemos un mayor control sobre adónde van y qué hacen”, aseguró Bruce Sullenger, uno de los autores del trabajo y profesor de Cirugía y Farmacología y Biología del Cáncer en la Universidad de Duke.
En esta línea, también explicó que el antídoto “apaga” a estas moléculas “casi inmediatamente” para evitar efectos negativos en el paciente.
Esta herramienta permite aportar una ventaja sobre las inmunoterapias existentes hasta la fecha, en las que las reacciones provocan inflamaciones “y otros efectos secundarios” porque es “difícil” controlar dónde actúan y cuán fuerte lo hacen, según recogió la revista.
“Existe una necesidad de nuevas terapias contra los tumores que sean fáciles de manipular y sintetizar”, incidió Linsley Kelly, coautora de la investigación.
Para el estudio, los expertos aplicaron los aptámeros con pequeñas dosis de agentes de quimioterapia altamente tóxicos y los inyectaron en ratones con tumores de próstata humanos.
De estos, los roedores que recibieron el nuevo tratamiento vivieron hasta los 74 días, mientras que el resto apenas duró un máximo de 46 días. Ahora, será probado en otros animales y en otros tipos de cáncer para seguir avanzando en la viabilidad de la terapia. Puede servir como base a nuevas terapias en animales y humanos.