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La doctora Karina Alejandra Figueroa, especialista en estética, describe el sistema de ultrasonido focalizado de alta intensidad, “una nueva tecnología que se perfila actualmente como una de las más eficientes en aplicaciones médico-estéticas para el tensado cutáneo y el tratamiento no quirúrgico de la flacidez facial, mediante la focalización selectiva de la energía ultrasónica. El método es aprobado por la FDA”.
El tratamiento, según explica la profesional, “es capaz de generar contracción inmediata, neocolagénesis y elastogénesis (formación de nuevas fibras de colágeno y elastina) a mediano plazo, a la vez que permite incidir en todos los niveles: epidermis, dermis profunda y sistema músculo superficial, siendo esta última estructura de vital importancia en la arquitectura facial. La máxima profundidad de esta tecnología favorece en el tiempo el mantenimiento del tejido, sin pérdida de elasticidad y firmeza”.
Asegura que “las temperaturas alcanzadas a niveles profundos, por el efecto mecánico y térmico del sistema, pueden llegar hasta los 65 o 70º, produciendo microlesiones que aumentarán la capacidad de regeneración natural de los tejidos. Estas temperaturas superan los 45 y 50º que alcanzan los sistemas más profundos de radiofrecuencia convencionales. Del mismo modo, el sistema es capaz de alcanzar una profundidad de hasta 4,5 mm, a diferencia de la radiofrecuencia que llega hasta la dermis profunda, situada sobre los 3 mm”.
La seguridad fundamental
Para cuidar los detalles de seguridad, la doctora Figueroa trabaja con tres transductores diferenciados, que a la vez que realizan el tratamiento hacen una ecografía de la piel, con transductores o cabezales descartables. “El primero trabaja a 10 MHz, logrando un punto focal a 1,5 mm de profundidad, cuya indicación principal es mejorar la apariencia epidérmica. El segundo trabaja a 8 MHz, dispone de un punto focal a 3 mm, que incide sobre la dermis profunda. Por último, el transductor más profundo trabaja a 4 MHz, y es capaz de focalizar la energía a 4,5 mm a nivel facial”.
Al realizar la aplicación del tratamiento, el profesional realiza una serie de marcas con lápiz de la zona a tratar, ya que hay áreas –como la zona de la glándula tiroides– en las que no se debe pasar el cabezal, aclara la especialista.
Asimismo, recomienda “evaluar a cada paciente, y aclara que lo usual es realizar una sesión cada 30 días, para que los fibroblastos regeneren elastina y colágeno”.
“El tratamiento dermatológico no se realiza en heridas o lesiones abiertas en la cara. Tampoco sobre acné severo en cara o cuello”, finaliza.