En los años ochenta del siglo pasado la aparición del tamoxifeno fue uno de los grandes descubrimientos del hombre en la lucha contra el cáncer de mama, es uno de los medicamentos con mayores éxitos tanto en tratamiento así como en la prevención de dicha enfermedad.
La adquisición del medicamento es relativamente fácil por su bajo costo, su administración es por vía oral y la dosis habitual es de 20 mg/día en principio por cinco años, los efectos colaterales comparados con placebos no son significativos, sin embargo no deben omitirse ciertos cuidados acerca de las tromboflebitis y de las hiperplasias endometriales, estas últimas pudiendo llegar al cáncer del endometrio. Cuando aparecen dichos eventos debe suspenderse el tamoxifeno por otra línea antiestrogénica.
El mecanismo de acción del tamoxifeno se produce mediante un bloqueo de las células cancerosas evitando que las mismas puedan nutrirse de las hormonas femeninas, esto es factible sobre todo cuando dichos tumores son hormonodependientes. La utilización de las hormonas para el crecimiento de las células tumorales podemos reconocerlas mediante un estudio llamado Inmunohistoquímica que se realiza gracias a un fragmento del tejido tumoral mamario, este procedimiento debe realizarse rutinariamente a fin de tener todos los elementos de juicio acerca del mismo y de esta forma orientar bien la estrategia del tratamiento.
El gran aporte del tamoxifeno es que ha reducido aproximadamente en un 25% la tasa de mortalidad por cáncer de mama en los estadios clínicos iniciales y en los estadios avanzados las respuestas son muy favorables y prolongadas oscilando las mismas en un 30 a 50% dando a las mujeres una calidad de vida óptima. Por otro lado el consumo del mismo como prevención en mujeres sanas, deben ser bien seleccionadas para que la terapia sea beneficiosa. Este grupo de pacientes corresponde a mujeres con alto riesgo de desarrollar cáncer mamario por antecedentes familiares o personales.
Desde suecia
Cámara magnética para cáncer de mama
ESTOCOLMO (EFE). Un estudio de la Universidad de Uppsala difundido en Suecia demuestra que la cámara de resonancia magnética (MRI) es mejor que la mamografía para diagnosticar tumores de cáncer de mama.
El catedrático de epidemiología de cáncer de la universidad de Uppsala Lars Holmberg, director del equipo investigador, explicó que la cámara magnética "puede ser un arma muy útil para detectar tumores en mujeres con alto riesgo de contraer cáncer de mama".
En el estudio, desarrollado durante varios años con la participación de 2.000 mujeres, los médicos suecos detectaron un 18 por ciento de los tumores con un examen de tacto, un 33 por ciento con la mamografía y un 80 por ciento con la cámara magnética MRI.
Una de las ventajas de la cámara magnética es que permite diagnosticar tumores agresivos de apenas diez milímetros de diámetro.
El equipo investigador publicará el estudio en la revista especializada "New England Journal of Medicine".