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La magíster María Teresa Galeano, psicóloga clínica, afirma que el siglo 21 y la posmodernidad han traído más libertad y más ganas de postergar el casamiento, así como la maternidad y paternidad, con ganas de explorar nuevos proyectos como posgrados y viajes de placer. Hoy los solteros se toman más tiempo para elegir a su pareja.
–¿Cuál es la causa de la soltería?
–Antes de poder siquiera considerar las diferentes razones que pueden llevar al ser humano por el camino de la soltería hacemos la distinción más evidente entre la soltería voluntaria y la involuntaria. La primera se constituye como un deseo propio del individuo, y es psicológicamente correcta. La segunda, fruto del fracaso en la relación amorosa y afectiva, puede acarrear problemas a quien la sufre.
–¿Qué caracteriza a la soltería involuntaria?
–La soltería involuntaria puede crear mucha frustración a lo largo de la vida de una persona, al no haber concretado una meta que se había impuesto. Además, ese transcurso temporal acrecienta la idealización del concepto de pareja, lo que conlleva bajadas anímicas y de la autoestima, que pueden derivar en cuadros depresivos. Los solteros involuntarios tienen tendencia a sentirse rechazados a nivel de pareja, y se enfadan con la vida y la sociedad, por no haber conseguido casarse.
–¿Cuáles son los factores que conducen a la soltería a los que pasan los 35 años?
–El primer grupo de solteros, lo integran “los convencidos”. Aquellos que, satisfechos de su situación, canalizan la energía que destinarían a una pareja a otros campos como el laboral, el religioso, el científico u otros. El grado de convencimiento que han adquirido en torno a su soltería puede emanar de los fracasos amorosos anteriores, o bien del convencimiento de que la vida de pareja coarta su libertad individual. Sea por una razón o por otra, su satisfacción con la elección los convierte en solteros voluntarios y, por tanto, no cargan con ningún lastre emocional.
Otra variedad dentro del abanico de soltería existente es la de los “perfeccionistas exigentes”. Son aquellos que dicen no encontrar a nadie que cubra sus expectativas, como para compartir su vida con alguien, y que esta sea fructífera y satisfactoria. Dentro de este grupo puede haber individuos que realmente prefieran estar solos a estar acompañados de alguien que no cumple con los requisitos que exigen; pero también es posible que sean sujetos que lleguen a frustrarse, pues el deseo no cumplido de encontrar a alguien, con las características apropiadas, les conduce a estados de insatisfacción.
–¿Y los solitarios empedernidos?
–Los “aventureros” viven buscando novedades constantemente, es un objetivo que supera cualquier otro. Alcanzan la satisfacción con cada nuevo reto que emprenden.