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El retardo en el desarrollo del lenguaje en los chicos como dificultad en los dictados en el colegio, cuadros de hiperactividad o falta de atención pueden delatar una falta de audición.
Cuando hablamos de poder oír nos referimos a la capacidad de percibir los sonidos a través de los oídos y comunicarnos por medio del lenguaje hablado, escuchar los sonidos ambientales, la música, las voces abre las puertas del mundo, del aprendizaje y se relaciona con la comunicación.
La audición es primordial asevera el doctor Osvaldo Tenace, otorrinolaringólogo, para poder desarrollar el lenguaje hablado, y para ilustrarlo afirma que “quien no escucha, no habla”. Los centros nerviosos del cerebro encargados de la audición deben recibir la información de los sonidos en forma correcta para desarrollarse, y eso ocurre desde aproximadamente la semana 32 del bebé, según señala el especialista. “En el nacimiento se inicia el proceso de agudeza auditiva y tiene una fase muy activa hasta alrededor de los cuatro años de edad. Es por eso que si existe algún problema en la audición, debe ser detectado precozmente para poder recibir la estimulación correcta en cada caso. La detección se inicia con los controles prenatales, en los que se evalúa enfermedades, medicamentos o factores genéticos que puedan afectar dicho sentido. En la etapa perinatal hay que investigar cómo fue el parto, si hubo prematurez, el peso al nacer, si el niño estuvo en incubadora, la medicación recibida y cualquier otro factor de riesgo. El estudio de otoemisiones acústicas es importante en los recién nacidos, y más aún en los que tuvieron factores de riesgo”.
Cuando no se escucha
La sordera se define como “la ausencia total de audición, mientras que la hipoacusia es la disminución de la capacidad auditiva, que tiene distintos grados y puede ser por causa de problemas en el oído externo, medio o interno. Así es como las clasificamos en hipoacusias conductivas cuando afecta las vías de acceso del sonido en el conducto auditivo externo (tapones de cera, malformaciones, cuerpos extraños), o en el oído medio (otitis, malformaciones de los huesecillos, martillo, yunque y estribo; otoesclerosis, perforaciones de tímpano)”.
El doctor Tenace agrega que se denominan perceptivas cuando afecta al oído interno (infecciones, traumas acústicos por sonidos intensos, causas genéticas), o mixtas, si afectan tanto la conducción como la percepción”. Vivimos en un mundo de sonidos, los cuáles en algunos casos según la intensidad o la exposición crónica: ruidos en fábricas, música estridente o el uso de auriculares a altas intensidades pueden afectar el sentido de la audición. “Las células del oído interno no tienen capacidad reproductiva, una vez que se lesionan no se recuperan ”.
mirtha@abc.com.py