Riesgos del embarazo a corta edad

La adolescente con un embarazo tiene repercusiones en varios aspectos de la vida como problemas con los padres, abandono de los estudios, discriminación, entre otros. Es importante brindarle la contención y el amparo que necesita.

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La Dra. Cynthia Díaz, jefa del Programa de Planificación Familiar del Ministerio de Salud, recalca que se observa el mayor riesgo del embarazo en las adolescentes y esto depende de variables socioculturales y fisiológicas.

Para contextualizar aclara: “En muchos casos, estos embarazos no fueron planificados y son resultados de relaciones amorosas inestables, temporales, ocultadas a los padres y al entorno, y por ende no realizan control prenatal adecuado y suficiente”.

Añade que “una vez detectada la adolescente embarazada debe ser abordada considerando su aspecto biopsicosocial, con un manejo multidisciplinario (ginecoobstetra, licenciada obstetra, psicóloga y asistente social)”.

En la adolescente muchas veces por la falta de madurez psicológica, física, social, el embarazo tiende a cursar con mayores posibilidades de riesgos maternos y fetales.

“Se ve con mucha frecuencia gestantes adolescentes con carencias nutricionales y anemia (esto sobre todo en condiciones socioeconómicas más desfavorables). También ocurre infección de las vías urinarias, alteraciones en la madurez del sistema inmunológico y muchas veces con predisposición a desarrollar preeclampsia (hipertensión arterial), abortos, partos prematuros, restricción del crecimiento intrauterino y otras patologías que se presentan a medida que avanza la gestación”.

Además de algunas de estas complicaciones en el curso del embarazo, los ginecólogos reportan que estas pacientes tienen “la pelvis materna que aún no esta lo suficientemente madura, y el parto en ocasiones debe resolverse a través de una cesárea. Esto no significa que todas las adolescentes deben tener cesárea”, según dice la doctora Díaz.

En el puerperio (tiempo posterior al parto) “la adolescente y los familiares deben seguir recibiendo apoyo del personal de blanco fomentando la adaptación a la llegada del bebé”, insiste la profesional.

No se tiene que olvidar el papel de la prevención: “Brindar las orientaciones y consejería para evitar las enfermedades de transmisión sexual. Que conozcan los métodos de planificación familiar así como sus derechos sexuales y reproductivos”.

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