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Los antiinflamatorios tienen varios efectos secundarios, pero quiero citar solo los dos más frecuentes:
a) La gastritis y las úlceras de estómago y duodeno: pueden aparecer a los pocos días de haber empezado el tratamiento o varios meses después. Son muy traicioneras porque pueden NO dar síntomas, y debutar con una hemorragia digestiva. Esto se evita respetando las dosis, no mezclando antiinflamatorios y en pacientes de riesgo agregando protectores de estómago desde el primer día. Un dato importante: la gastritis por antiinflamatorios puede aparecer aun usando inyectables, ya que el efecto tóxico llega a través del torrente sanguíneo, por lo que se deben tomar las mismas precauciones tanto si se prescriben comprimidos como si se utilizan inyectables.
b) La inflamación del riñón y la retención de líquidos: todos los antiinflamatorios pueden favorecer la retención de agua y sodio y producir aumentos de la presión e hinchazón de los tobillos. Este efecto en general no es muy intenso, pero en las personas con hipertensión mal controlada o en las que tienen insuficiencia cardiaca, hay que considerar este riesgo.
Por otro lado, en aquellos que usan antiinflamatorios por muy largo tiempo, en realidad por varios años, puede aparecer una inflamación del riñón que puede terminar en la insuficiencia renal. Repito que este es un efecto secundario al uso muy prolongado, por varios años, y más aún en aquellos que mezclan diferentes antiinflamatorios sin ningún tipo de control médico.
¿Qué pasa con los no esteroideos?
- Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE es su abreviatura) se dividen en 2 grandes grupos, según su riesgo de producir gastritis, úlceras y trastornos de la coagulación de la sangre. Los llamados COX2 específicos producen mucho menos estas lesiones que los llamados COX1-2 o inespecíficos, que son los más antiguos, como el diclofenac y la indometacina. Sin embargo, cuando todos estábamos muy felices porque al fin teníamos antiinflamatorios con bajo riesgo de gastritis, ciertos estudios demostraron que algunos de ellos producían más hipertensión y más trastornos cardiovasculares que los antiguos. Entonces, se retiraron del mercado los que producían más hipertensión, como el rofecoxib, pero siguen otros que probablemente tienen el mismo riesgo de producir hipertensión que los antiguos pero producen menos gastritis, como por ejemplo el celecoxib.
¿Pueden colisionar con medicamentos que se toman para evitar que suba la presión?
-La interacción con los medicamentos para bajar la presión se produce porque al retener líquidos puede disminuir el efecto de los primeros, pero esto no significa que sean incompatibles o que no puedan usarse juntos, solo que en el paciente medicado con antihipertensivos debemos controlar de cerca la presión si agregamos un antiinflamatorio.
¿Cuándo se toman antiinflamatorios y durante cuánto tiempo es recomendable hacerlo?
-Los antiinflamatorios son en realidad medicamentos importantísimos en muchísimas situaciones: son útiles para bajar la fiebre, para calmar el dolor de golpes y fracturas, para las cirugías, incluso en ciertas infecciones como en las sinusitis y las faringitis son de mucha ayuda para acelerar la curación. Estos casos requieren AINE por pocos días, y en general son bien tolerados.
El otro gran grupo de pacientes que necesita AINE son los pacientes con problemas reumáticos, aquellos con dolores persistentes por artrosis (que es el desgaste del hueso) o por artritis (que son enfermedades muy agresivas que deforman las articulaciones en poco tiempo y producen intensos dolores.
En este grupo de pacientes estamos siempre atentos a los efectos secundarios, controlamos estrictamente la presión, recomendamos que coman poca sal, agregamos protectores gástricos cuando es necesario y distribuimos las medicaciones de tal forma que se presenten el menor número de interacciones posibles.