Riesgo cardiovascular

El exceso de calor aumenta la temperatura del cuerpo el que trata de enfriarlo perdiendo agua en forma de sudor, además electrolitos, como sodio y potasio. Una suma de factores pueden llevar al infarto de miocardio.

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El corazón se expone a pruebas difíciles en verano.

La Dra. María Paniagua, cardióloga clínica explica que los excesos de comida afectan al corazón de dos maneras: si forman parte del estilo de vida conducen a los principales factores de riesgo cardiovascular que a su vez aumentan el riesgo de padecer infarto de miocardio y accidentes cerebro vasculares o derrames cerebrales. La obesidad a su vez conduce al sedentarismo, la diabetes, hipertensión arterial, apnea del sueño, estrés, colesterol y triglicéridos elevados.

La Dra. María del Rocío Cattoni, cardióloga, por su parte dice que “el infarto es la consecuencia de la sumatoria de factores de riesgos que se multiplican: los no modificables son: sexo, edad, varón por encima de 50 años, mujer posmenopausica, sin la protección de los estrógenos. El tercer factor es genético: quienes cuenten con antecedentes familiares”.

“Los factores modificables son: el tabaco, la obesidad, el sedentarismo, las grasas altas, el exceso de alcohol, el estrés, diabetes e hipertensión”, añade.

La Dra. Paniagua aconseja “una alimentación sana, equilibrada, rica en verduras, frutas y agua mineral. También la practica regular de ejercicios físicos aeróbicos (caminatas, trotes, bicicleta, fútbol, tenis, etc.)”. Insiste: “debemos combatir el sedentarismo, la obesidad y el estrés. Controlar la presión arterial, el azúcar, y el colesterol en sangre, todo esto evita que las arterias del corazón se obstruyan”.

La especialista aborda también el exceso de calor que “aumenta la temperatura del cuerpo que trata de enfriarlo perdiendo agua en forma de sudor. Al mismo tiempo se pierde electrolitos, como sodio y potasio. De esta manera la sangre se espesa, si no se repone el agua, que lleva a generar trombosis, obstrucción de las arterial e infarto de miocardio. La perdida de electrolitos puede generar arritmias que si son severas provocan muerte súbita”.

Según refiere, “estos efectos del calor son más nocivos en personas de edad avanzada, en aquellas portadoras de múltiples factores de riesgo (obesidad, hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo) o que ya han tenido algún evento cardiovascular previo como infarto, derrame, cirugía cardíaca, y otros”.

La Dra. Cattoni agrega que es bueno recordar que en estas épocas de trasgresiones alimentarias, deshidratación, consumo de sal desmesurado y alcohol es preciso redireccionar nuestros hábitos.

Si quiere hacer ejercicios o correr la Dra. Paniagua sugiere que las personas entrenadas que habitualmente practican deportes, lo continúen haciendo en horas apropiadas, de mañana temprano o a la noche.

“Evitarán los horarios de mayor exposición al sol, mientras que las que desean iniciar una rutina de entrenamiento, deben ser sometidas a un chequeo médico previo ya que muchas afecciones cardíacas son asintomáticas”, añade.

Si se produce el infarto

La Dra. Cattoni, señala que “si la persona se da cuenta que tiene un infarto por el dolor clásico en forma de corbata y en el brazo “se quedará quieto y masticará una aspirina, porque así se absorbe más rápido y actúa. Una aspirina puede salvar la vida en aproximadamente 43% de los casos”.

Si el que sufre un ataque cardiaco cae en la calle: “lo primero es verificar si la persona respira. Coloque la mejilla cerca de la víctima, observe si hay movimientos toráxicos, tome el pulso y llame 141 por una ambulancia”.

Si no se observan movimientos que indican una crisis de epilepsia y el paciente no respira: “Comience la reanimación cardiopulmonar”. Y pida a otro transeúnte que llame al 141.

¿Cómo reanimar a la víctima? “Le desprende la camisa, imprime impulsos profundos y rápidos en el medio del pecho, entre las dos tetillas, en el esternón. La mano izquierda queda debajo y la mano derecho arriba, entrelazadas. Apoya el talón de la mano y realiza compresiones rápidas e intensas, descargando todo el peso del cuerpo en cada una de ellas”.

Una vez en el hospital “no deben transcurrir diez minutos entre recibir al paciente y el primer electrocardiograma; cada minuto que se pierde es una oportunidad de salvar músculo cardiaco vivo”.

mirtha@abc.com.py

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