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La Dra. Sandra Marín, cirujana estética, indica que “el tiempo óptimo desde que nace una célula nueva en la capa basal hasta que llega a la superficie es de 28 días, este proceso es una constante que permite la regeneración cutánea, es decir, que las células muertas, poco a poco se van desprendiendo y son reemplazadas por las nuevas”.
Afirma que “las proteínas controlan el mecanismo de la proliferación de las células madres y provocan que se conviertan en células dérmicas, diferenciándose en células especializadas que forman el tejido epitelial que cubren el cuerpo, por ello es necesario un equilibrio proteico adecuado, principalmente queratina –proteína que se encuentra en cabello y uñas– y una buena oxigenación cutánea”.
“La regeneración de la piel es un ciclo constante, que empieza a ralentizarse desde la tercera década de la vida. Existen diversas opciones para regenerarla, como el plasma rico en plaquetas, peeling, mesoterapia, terapia biológica (con aplicación de colágeno, elastina, aminoácidos, vitaminas), etc. Dependiendo del diagnóstico y la edad del paciente”.
La especialista destaca que “a partir de los 25 años empiezan a notarse las líneas de expresión, dependiendo de la genética, hábitos de vida, alimentación, contaminación, el sol, el tabaco, etc., en cada persona”.
“La humectación es importante para generar una barrera protectora, para evitar la evaporación del agua que contiene el tejido y favorece su captación del medio ambiente integrándola, restableciendo el manto ácido de la piel. Se lleva a cabo con cremas y componentes proteicos”, finaliza.