Recién nacidos bien protegidos

La piel infantil y adulta comparten similitudes en estructura y función aunque cada una es única, especialmente con respecto a como reaccionan a las exigencias ambientales. Por ejemplo, el pañal de un bebé es el sitio más frecuente de irritación. La piel infantil también es afectada por factores de temporada como calor y humedad extrema en el verano que pueden causar una sudoración mayor en las áreas del pañal y pliegues de la piel. La Dra. Emma Valdez nos explica qué se debe hacer para evitar que los recién nacidos sufran.

Cargando...

“La infancia es el momento para comenzar con el hábito sano de evitar una exposición excesiva a la luz solar. La mayoría de las personas reciben más del 80% de su exposición a la luz solar antes de los 18 años. Está claro que la incidencia de cáncer de la piel está relacionada con la exposición al sol y que el riesgo de un melanoma maligno es proporcional al número y gravedad de quemaduras durante la niñez. El uso correcto de protectores solares especialmente las formulaciones de amplio espectro diseñadas especialmente para bebes mayores y niños pequeños que permanecen en el agua pueden prevenir en el futuro problemas médicos y cosméticos”.

La organización estructural y composición de los recién nacidos son diferentes a las del adulto ya que la mayor parte de las fibras de elastina puede no alcanzar a tener una estructura adulta completa hasta las edad de 3 años y por ello la piel infantil es menos resistente que la piel madura.

Por otro lado, las glándulas sudoríparas funcionan irregularmente hasta antes de los dos años y medio y pocas de ellas están activas. Debido a esto el límite de sudoración en los recién nacidos es tan alto como 42 grados C, mientras que comparativamente en una mujer adulta es de 32 grados C y en un hombre adulto es de 29 grados C. Esto nos demuestra que su capacidad para evitar la hipertermia está muy disminuida. Además, la retención de sudor produce la miliaria, una dermatosis común en los recién nacidos.

Finalmente, los recién nacidos no tienen tanta pigmentación como los niños mayores porque la producción de melanina es baja al momento de nacer, por lo tanto, pueden quemarse fácilmente si son expuestos al sol. Los bebés menores de 6 meses deben mantenerse fuera del sol y deben usar ropa que los proteja del mismo como algodón, nunca poliéster, ya que quemaduras severas o fuertes pueden producir daño celular de larga duración. Además es importan el uso de sombreros de alas anchas porque la cabeza y el cuello son los sitios más propensos al cáncer de piel.

En cuanto a los protectores solares se recomienda su uso al nivel máximo de protección, de 60 a 100, especial para niños a partir de los 6 meses. En niños menores y recién nacidos existen un potencial de absorción química a través de la piel y el sistema metabólico del niño puede estar subdesarrollado y ser incapaz de eliminar los compuestos extraños.
Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...