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La organización estructural y composición de los recién nacidos son diferentes a las del adulto ya que la mayor parte de las fibras de elastina puede no alcanzar a tener una estructura adulta completa hasta las edad de 3 años y por ello la piel infantil es menos resistente que la piel madura.
Finalmente, los recién nacidos no tienen tanta pigmentación como los niños mayores porque la producción de melanina es baja al momento de nacer, por lo tanto, pueden quemarse fácilmente si son expuestos al sol. Los bebés menores de 6 meses deben mantenerse fuera del sol y deben usar ropa que los proteja del mismo como algodón, nunca poliéster, ya que quemaduras severas o fuertes pueden producir daño celular de larga duración. Además es importan el uso de sombreros de alas anchas porque la cabeza y el cuello son los sitios más propensos al cáncer de piel.
En cuanto a los protectores solares se recomienda su uso al nivel máximo de protección, de 60 a 100, especial para niños a partir de los 6 meses. En niños menores y recién nacidos existen un potencial de absorción química a través de la piel y el sistema metabólico del niño puede estar subdesarrollado y ser incapaz de eliminar los compuestos extraños.