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“Se puede cocinar locro, vori vori, albóndiga con harina de maíz en vez de utilizar la galleta molida, además podrá agregar una cucharadita de maicena para que no se deshaga la albóndiga, también podrá consumir tortillas, empanadas, pero siempre elaboradas con productos permitidos para los celiacos, que cuenten con el logotipo de Fupacel o “la espiga de trigo tachada”, que significa que son aptos para celiacos y que no contienen gluten. Otros productos internacionales poseen la marca “Sin TACC”, que significa sin trigo, avena, cebada y centeno.
Existen a disposición productos nacionales, brasileros y argentinos aptos para celiacos. “Los brasileros se pueden consumir con mucha tranquilidad, no tienen gluten y se presentan bien especificados”.
Entre los productos nacionales hay muchas opciones aprobadas por la Fupacel, como café, cocido, salsas, especies, caldos, leche, entre otros.
“Es importante que toda persona con celiaquía sea responsable y consciente en su cuidado y que tenga un médico de cabecera; se presentan muchas complicaciones si no se realiza la dieta libre de gluten. Hay que recordar que el alimento es el único remedio”.
No diagnosticada a tiempo
Tita comenta que su enfermedad no se diagnosticó a tiempo debido a que anteriormente los doctores no conocían la celiaquía. A los 58 años de edad le diagnosticaron y afirma que esta enfermedad es hereditaria. Los síntomas que presentaba al principio, durante su adolescencia eran: diarrea, vómito, así como descalcificación de los dientes.
“Lo importante es enseñarle a la gente con enfermedad celiaca cómo alimentarse y entender que no se contagia de persona a persona”, finalizó.