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El trabajo de estimulación para los niños con poca o nula visión debe iniciarse lo más temprano posible. La profesora Marithé Candia de Orué responde.
–¿Cómo se hace la estimulación a niños con baja visión?
–Se utilizan materiales con colores contrastantes, láminas en blanco y negro o rojo y blanco, amarillo y negro. Se le muestra al niño el material a una distancia de 20 a 30 cm. Una vez que notamos que está fijando la mirada en el material, lo movemos de un lado al otro, para que realice el seguimiento. También movemos arriba y abajo. Usamos mucho la palabra “mira”.
–¿A partir de qué edad los padres se dan cuenta de que un niño tiene problemas en la visión?
–En algunos casos se evidencia por la estructura del ojo, desde el nacimiento. En la mayoría de los casos por la observación de la madre, si la mira a la cara, desde el tercer mes.
Los padres suelen notar que el niño no sigue los objetos o las caras como sería lo normal para su edad. La detección precoz es la mejor prevención, en los primeros tres meses, y conviene hacer revisiones oftalmológicas periódicas. Debe acudir al oftalmólogo si ve que el niño tiene molestias en los ojos, hay hinchazón, se frota los ojos o estos se ponen rojos. Si no le molesta la luz solar, si no mira a la cara de mamá mientras lo amamanta, si tiene movimientos repentinos de ojos, desviación de la mirada o estrabismo. Llamará su atención si a partir de los seis meses hay poca motivación para explorar objetos, o no se moviliza.
–¿Cuáles son los pasos a seguir cuando se sospecha que tiene problemas visuales?
–Acudir al oftalmólogo, siguiendo sus indicaciones y hacerle los estudios correspondientes.
–¿Por qué es importante estimular al niño en los tres primeros años de vida?
–Porque es el periodo en el que se desarrolla el aparato visual y por la plasticidad neuronal, cuanto más se estimula al niño, tiene más herramientas para su futuro escolar.
La estimulación visual incluye experiencias que invitan al niño con discapacidad visual a una situación de “ver”. Se le enseña a organizar las sensaciones parciales en percepciones integrales, lo que desarrolla con mayor eficiencia su función visual.