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El Prof. Dr. Javier Galeano, cardiólogo, afirma que “la hipertensión arterial en una enfermedad crónica de muy alta prevalencia en nuestro medio, se caracteriza por la elevación de las cifras de presión arterial –la normal está en 140/90–. Puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente en adultos y se incrementa con los años”.
Llama la atención que “la presión elevada ocurre con mayor frecuencia en familias con antecedentes de hipertensión arterial (factor genético), y más en varones que en mujeres, hasta que estas lleguen a la menopausia, etapa a partir de la cual las cifras se igualan”, resalta.
Señala además el facultativo que “una característica importante de la hipertensión arterial, que hace que la mayoría de los hipertensos no sepan que lo son, es que generalmente no tiene síntomas, salvo cefaleas ocasionales o síntomas muy inespecíficos, por lo cual se ganó el nombre de enemigo o asesino silencioso”.
Esta característica de no poseer síntomas a su vez dificulta el tratamiento, pues el paciente al no sentir molestia alguna es reacio a cumplir con las indicaciones del médico, siendo la hipertensión arterial una enfermedad crónica.
Indica el galeno que esta patología, durante su evolución, “pasa por diferentes etapas, desde una forma totalmente asintomática, en la que no se acompaña de molestia alguna, y se la descubre casualmente durante una consulta. También se encuentra una etapa que llamamos polisintomática, en la que ya hay complicaciones relacionadas al órgano dañado o afectado, ya sea corazón (infarto-insuficiencia cardíaca), cerebro (derrame), riñón (insuficiencia renal), por citar los más importantes”, agrega.
El profesional enfatiza que “es muy importante saber que la hipertensión es una enfermedad tratable y controlable, por lo que se deberá seguir estrictamente las indicaciones del médico, pues de esa manera podremos mantener las cifras de presión arterial dentro de valores normales y así evitar las serias complicaciones que mencionamos. Muchas de ellas son invalidantes y en algunos casos fatales”.
Recuerde que “el éxito del tratamiento dependerá del adecuado control de la presión arterial, es decir, de que logremos mantener la presión arterial por debajo de 140/90mmHg.”.
“Para lograr esta meta se requiere que el paciente dimensione la magnitud del problema y las complicaciones que acarrea, y comprenda que son totalmente prevenibles. Además requiere mucha perseverancia y acompañamiento del entorno familiar, disminuir el consumo de sal, bajar de peso, y tener una alimentación adecuada (frutas-verduras, evitar frituras y comidas con alto contenido de grasas). No conviene fumar, y se moderará el consumo de alcohol; los ejercicios diarios y medicación apropiada”, recomienda el doctor.
(*) Jefe de Hemodinamia, del Instituto Nacional de Cardiología.