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La reflexología podal, como también se la conoce, ejerce una benéfica acción sobre los más distantes órganos del cuerpo.
“Esta técnica se utiliza como diagnóstico y, además, como terapia, ya que puede aliviar numerosas dolencias, ya sea dolor de espalda, de cuello, problemas de digestivos, estreñimiento, dolores menstruales y cefalea, por citar algunas”, indica.
Goossens cuenta que “en la reflexoterapia la manipulación se hace exclusivamente con la yema del dedo pulgar y las presiones se realizan en puntos concretos, más comúnmente de los pies”.
“Los órganos internos están estrechamente relacionados con las extremidades; por ello se puede estudiar alguna dolencia a través de las denominadas zonas reflejas, como los pies, manos y nariz. Por ejemplo, cuando la persona presenta dolencia en los dedos, significa que padece problemas digestivos, en tanto que si siente dolor o molestia en las puntas de los dedos, significa problemas del cráneo”.
“A través de la reflexoterapia se encuentra el equilibrio corporal que la persona necesita. Si el problema que padece el paciente, diagnosticado a través de la reflexoterapia, es grave, será derivado al profesional del área, ya sea traumatólogo, gastroenterólogo, etc.”, resalta.
Como toda terapia, debe ser realizada por una persona experta en el tema, que realice la presión adecuada.