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La Lic. Lourdes Romero, fisioterapeuta, refiere que el tratamiento en una embarazada consiste en masajes suaves y drenaje linfático manual, después del tercer mes de gestación, previa autorización del médico tratante. “Es importante la autorización del médico para evitar cualquier riesgo, ya que puede acelerar el parto”.
Opina que es adecuado el drenaje linfático manual porque las gestantes retienen mucho líquido en el organismo, y lo debe realizar una profesional que aplicará masajes suaves”.
Las partes a estimular son la espalda, evitando tocar el área lumbar, los brazos, los muslos y las piernas. El beneficio consiste en eliminar la hinchazón y líquidos del cuerpo y así lograr una tonicidad deseada después del parto. La experta afirma que ayuda evitar además el tabaco, el alcohol y la sal.
“Para obtener una figura agradable después del parto la mamá hará caminatas, ejercicios adecuados con ropas y calzados cómodos, y consumirá una alimentación balanceada. A la hora de mimarse optará por masajes suaves. La encargada de los masajes debe distinguir los grupos ganglionarios y los vasos linfáticos que dependen de cada zona”.
Se hace así
La paciente debe estar en posición de decúbito dorsal (boca arriba) o decúbito lateral. La condición indispensable es que se sienta relajada, con la piel limpia y un aceite de almendras o una crema hidratante. El ambiente debe estar acorde a la sensibilidad de la paciente y la frecuencia es variable, condicionada por la naturaleza de la afección. “La embarazada no debe recibir masaje abdominal”, insiste.
“El drenaje comienza por desbloquear la terminación de los vasos linfáticos a nivel de la ingle para drenar los miembros inferiores. También se estimulan los ganglios popliteos de la rodilla”.
Los métodos son “effleurage que quiere decir roce, es el masaje superficial en forma de caricia; la mano debe adaptarse a la región que se trata como el dorso, los mus-
los y bombeo con mano abierta. Todas las maniobras tendrán sentido hacia el corazón, los ganglios linfáticos hacia las ingles y las axilas”.
Según la Lic. Lourdes “el orden del masaje es miembro inferior derecho, luego izquierdo: muslo, rodilla, pierna, miembro superior, hombro, brazo, antebrazo. Luego en parte posterior del tronco en forma lateral derecho e izquierdo, evitando tocar la zona lumbar”.
Los masajes tienen un efecto relajante sobre el cuerpo y la mente de la embarazada.