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La psicóloga psicoanalista Aurora Bachem de Casco responde.
–¿Qué sucede en la pareja que vive muchos años juntos y ya no hay detalles, ni sorpresas?
–La pareja que ha superado una buena cantidad de años de convivencia es porque ha sabido sortear las crisis, los desaires y las frustraciones propias de la etapa posenamoramiento, donde lo ideal cae y vemos y aceptamos a la persona tal cual es. Y donde aceptamos también que no somos “todo” para el otro. Pero esta desilusión implica una madurez emocional, lo cual es equivalente a ser una persona realista que no espera que el otro lo complete, ni que sea perfecto o coincidir en todo. Pero esta madurez no es suficiente cuando la persona siente que le falta algo del orden de la etapa del enamoramiento en la relación, cuando todo era sorpresa, consideración, detalles, pasión y novedad.
–¿Es un deseo egoísta?
–Cuando estas querellas se originan desde un lugar egoísta, es probable que sea porque la persona se encuentra desprovista de amor propio y necesita sentirse importante a partir de la atención del otro, que por supuesto, nunca será suficiente porque esta necesidad tiene que ver con algo que el mismo tiene que resolver en su vida.
-¿Cómo enfrentar este capítulo de la vida?
-Evaluar desde nuestro lugar qué podemos hacer es el principio para ver si tenemos las energías (el amor), o solo esperamos desde un lugar pasivo a que el otro sea quien rescate la relación. Estar enamorados nos conecta con la alegría que sentimos de saber que el otro existe, nos conecta con la sensación de estar completos. Este estado no se sostiene por mucho tiempo, pero queda inscripto como un recuerdo que sostiene la relación y que es posible recrear cada tanto.
–¿Cómo superar el desgaste de una relación?
–Existen varias formas de evidenciar el desgaste en la relación: falta de tolerancia, falta de deseo sexual, falta de iniciativa para estar o hacer cosas juntos, falta de proyectos y todos estos síntomas nos señalan que tenemos que tomar la iniciativa para superar el problema o terminar la relación. En la segunda opción, sabemos lo que tenemos que hacer (y a veces no lo hacemos por miedo a sufrir). Pero en la primera opción necesitamos reinventarnos y reconfigurar el estilo de convivencia para poder llegar a resultados diferentes.
–¿La persona tiende a esconder las dificultades?
–Se intenta maquillar las dificultades realizando actividades superfluas como viajar, tener un proyecto de trabajo juntos, recurrir a modificaciones físicas como ir al gimnasio o hacerse cirugías. Soluciones que están por fuera del deseo subjetivo de la persona de sentirse amado. Para superar el desgaste es necesario que se haya quebrado el hechizo de la idealización y buscar otra cosa que el ideal de pareja, crear una relación basada en verdades (no tan agradables) pero seguras, expectativas certeras, y a partir de allí es posible generar la magia y la sorpresa.
Matrimonio feliz
La psicóloga psicoanalista Aurora Bachem de Casco reflexiona.
–El matrimonio o la pareja feliz es aquella que fue capaz de crear un amor y elección a conciencia, aceptando al otro como es. Tiene que ver con aspectos inconscientes propios, y si somos capaces de advertir esta “trampa”, que a veces nos remite a la tendencia de buscar modelos que producen malestar pero que se repiten en cada pareja, vamos a poder deslindar la responsabilidad del otro y buscar en nuestro interior qué modelo de pareja queremos conscientemente. El rasgo que atrae del otro está más cerca de la imperfección, porque ante un otro todo “completo y fuerte” ¿qué lugar queda ya para uno?
Pero esta misma imperfección, este rasgo de debilidad, también puede ser luego el motivo de recriminación.
La elección de pareja está determinada por cuestiones que, además de necesitar un “manual”, requieren una introspección personal profunda y a veces dolorosa que vale la pena si la elección es para toda la vida.