Ocio y tareas

El 11 de julio empezarán las vacaciones de invierno, y es aconsejable equilibrar el ocio y la realización de las tareas. Dos profesionales apuntan a mejorar la organización de la familia para lograr el éxito.

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La magíster Joanna Muñoz, psicóloga clínica educacional, informa que se aproximan las vacaciones de invierno, tiempo en que los niños y los padres tienen dos semanas libres.

“Los profesores de muchas instituciones del país, ya sean públicas o privadas, envían a los niños una carpeta con tareas o las páginas de libros que deben presentar a la vuelta de vacaciones, con la intención de que continúen los hábitos de trabajo que han mantenido durante la primera etapa del año escolar”, añade.

Muñoz resalta que “los maestros argumentan que, si se pierde el ritmo de aprendizaje, cuesta retomar después la regularidad. Sin embargo, la realidad es otra: estas tareas generalmente no se realizan de forma sistemática y perturban la tranquilidad de los niños y los padres durante todas las vacaciones. Las tareas se hacen más bien el fin de semana anterior a iniciar las clases, con la intención de cumplir con el requisito más que con el objetivo”.

Por su parte, la licenciada Melissa Rojas Romero, psicopedagoga, refiere que en el transcurso del año lectivo los niños desarrollan tareas que llevan a la casa y que causan un desgaste que podríamos disminuir en cierta manera, ya que los contenidos centrales son desarrollados en el aula en horas de clase. En la actualidad aún en la mayoría de las escuelas se manejan los deberes o tareas para la casa con mucha frecuencia.

“Lo ideal sería que los alumnos solo llevaran tareas con menor frecuencia, a fin de reforzar algunas áreas en las que poseen mayor dificultad y lograr que no se fatiguen, debido a la sobrecarga de tareas para la casa que tienen en el transcurso del año lectivo”, agrega.

Rojas Romero enfatiza que “la buena noticia es que las vacaciones de invierno se hallan estratégicamente en la mitad del año escolar, por lo que resulta interesante darles el verdadero sentido a fin de aprovechar al máximo ese tiempo clave para que los niños obtengan ‘vacaciones’ textualmente y, de esta manera, recargar sus energías para continuar el año lectivo”.

Muñoz menciona que “la tendencia mundial en neuroeducación nos refiere que el cerebro en desarrollo de un niño requiere de una pausa, de una desconexión. Debemos tener en cuenta las necesidades físicas y, sobre todo, psíquicas del niño, por lo que en algún momento las tareas escolares de invierno deberían eliminarse totalmente. Tengamos en cuenta que los niños tienen un currículum escolar bastante cargado con relación al de hace unos años atrás. Además de varias actividades extracurriculares, también están viviendo una época de invasión de información a través de internet”.

Pero hay que llegar a acuerdos y establecer un plan que no se convierta en una agotadora lucha contra el tiempo. La idea es que los chicos se predispongan al aprendizaje. Algunos de los aspectos que se intentarán recobrar son la atención y motivación, que a estas alturas suelen estar un poco dormidas. ¡A disfrutar y estudiar!

darzamendia@abc.com.py

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