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La licenciada Beatriz Oviedo, nutricionista, informa que la alimentación es una parte importante de nuestras vidas y más en el adulto mayor, ya que esta provee nutrientes esenciales, macronutrientes, vitaminas y minerales que nos ayudan a mantener el metabolismo activo y en buen funcionamiento.
“En esta etapa de la vida son fundamentales la buena alimentación así como la calidad de alimentos a ser proveídos a los adultos mayores, porque ellos tienden a rechazar la comida, por diversos motivos, ya sea por que han perdido el apetito, el sentido del gusto, las piezas dentarias, etc.”, agrega.
En tanto, el licenciado Ramiro Moreno, nutricionista, menciona que durante la tercera edad la dieta debe ser equilibrada y acorde a la actividad física y gasto energético de cada persona. Deben incluirse alimentos fáciles de tragar y digerir, y que aporten todos los nutrientes.
“Las grasas deben constituir aproximadamente un 25% del aporte nutricional total. Es importante además el tipo de grasa, y hay que procurar que alrededor del 15% de la que se consuma sea monoinsaturada, que está presente por ejemplo en el aceite de oliva, aguacates, almendras y nueces de macadamia”, añade.
Además resalta “no abusar de alimentos grasos de origen animal (mayonesa, mantequilla, embutidos), ya que se relacionan con niveles altos de colesterol”.
Por su parte, la licenciada Oviedo explica que con la buena alimentación evitamos la desnutrición severa o crónica que conlleva a la disminución de masa magra, músculo, la deshidratación, así como problemas gastrointestinales a futuro.
“El adulto mayor puede consumir todo tipo de alimento, siempre y cuando a este le agrade y sienta ganas de comer. Es importante que sea consciente de que una buena alimentación le brindará una mejor calidad de vida”, acota.
El licenciado Moreno afirma que la energía (hidratos de carbono) sea un 55% del aporte nutricional total.
La alimentación debe aportar menos calorías que en etapas anteriores de la vida y si no es así se tiende a engordar.
El consumo energético se reduce con la edad y se debe a la disminución del metabolismo basal y el resto a la reducción de los requerimientos por inactividad. El nivel de azúcar en sangre es más elevado y, por ello, es preferible consumir menos cantidad de dulces.
“Los alimentos que se deben evitar incluyen: carnes duras, pescado con espinas, panes secos y crocantes, alimentos duros en general”, refiere la licenciada.
El buen alimento
El licenciado Moreno enfatiza que en los ancianos es frecuente observar niveles más bajos de lo normal de vitaminas y nutrimentos inorgánicos. Por ejemplo: las del grupo B, ácido fólico, vitaminas C, D y E, zinc y hierro. Es aconsejable que consuman alimentos ricos en esas vitaminas (frutas y verduras de todo tipo, productos lácteos y carnes) o, de lo contrario, administrar suplementos multivitamínicos.
Por su parte, la licenciada Oviedo comenta que es fundamental la ingestión de productos lácteos en general en esta etapa de la vida (leche, queso, yogur), ya que aportan cantidades considerables de calcio, fósforo, vitaminas y proteínas de buenísima calidad, es decir, de alto valor biológico. Recuerde que es recomendable consumir productos lácteos desde temprana edad, durante las diversas etapas de nuestras vidas.
Recalca también que “ingerir suficientes líquidos es esencial para los adultos mayores, ya que corren el riesgo de deshidratarse. Entre los factores asociados a la deshidratación incluyen el uso de medicamentos diuréticos para tratar las enfermedades del corazón (incluyendo la hipertensión), así como el exceso de café, bebidas alcohólicas, disminución de la sed y el intenso calor”.
Algunos adultos mayores reducen la ingestión, tanto de líquidos como de alimentos, “como forma de controlar su incontinencia urinaria y defecatoria; todo esto contribuye a la deshidratación, mala alimentación y posterior desnutrición. Se aconseja al adulto mayor consumir seis a ocho vasos con agua diariamente (a menos que exista alguna enfermedad que lo limite)”, subraya.
El licenciado Moreno sostiene que las proteínas deben constituir un 20% del aporte nutricional total en el adulto mayor. Es necesario incluir alimentos ricos en proteínas que contribuyan a mantener los órganos y el sistema de defensa en buenas condiciones, a fin de combatir eficazmente infecciones y enfermedades. Para ello basta tomar cada día cantidad suficiente de leche y lácteos, huevos, carne blanca carne o pescado. El consumo de proteínas del anciano no debe ser menor a la del adulto joven.
¿Cómo incentivarlo?
La licenciada Oviedo dice que se puede incentivar al adulto mayor a llevar una buena alimentación y nutrición asesorando y permitiendo que él elija la comida de su agrado, esto debe incluir: vegetales, carnes muy blandas, productos lácteos en general, frutas, cereales y mucha agua.
“El desayuno ideal para un adulto mayor sano podría incluir, por ejemplo: una taza de café o cocido con leche, dos rodajas de pan untado con mermelada, más una porción de fruta a elección. La otra alternativa sería: una taza de leche más uno o dos sandwiches de queso”.