Miastenia gravis

La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune adquirida, crónica, no hereditaria, caracterizada por debilidad de los músculos voluntarios o esqueléticos. Empeora con la actividad y mejora con el descanso.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2120

La doctora Sara Dolly Florentín Mujica, especialista en Medicina Interna y Bioética por la UNA, en Neurología por la Universidad de Navarra, España, comenta que “a nivel mundial, la miastenia gravis tiene una prevalencia de 43 a 84 por millón de habitantes, y la incidencia anual es de 1 por 300.000 habitantes. Es más frecuente entre los 20 y 30 años, aunque otro pico se da entre los 60 a 70 años de edad”. Aclara, sin embargo, que “en nuestro país no existe aún una estadística al respecto”.

La miastenia gravis, continúa la profesional, “es causada por un defecto en la transmisión de los impulsos nerviosos a los músculos, que se interrumpe a nivel de la unión neuromuscular por disminución de receptores de acetilcolina, y presencia de anticuerpos contra esos receptores. Puede detectarse alteraciones de la glándula tímica como ser una hiperplasia o aumento del tejido y en menor proporción un timoma o tumor”.

La doctora Florentín Mujica señala que “la miastenia gravis puede coexistir con otras enfermedades graves autoinmunes como el hipertiroidismo, lupus eritematoso, artritis reumatoidea y otras”.

Algunos síntomas

Para comprender mejor la enfermedad, la galena describe: “el cuadro clínico se caracteriza por presentar debilidad y fatiga muscular progresiva con el ejercicio. Pero la diplopia puede ser el único síntoma de la miastenia ocular y no se afecta la pupila. La forma generalizada de la miastenia gravis –la más frecuente– puede producir también cambios en la voz, dificultad para masticar y tragar, alteración del aspecto facial y disfunción respiratoria, y hasta debilidad en miembros”.

“La miastenia gravis generalizada aguda es una emergencia médica, –insiste la doctora– que puede llevar a una insuficiencia respiratoria, requiriendo asistencia ventilatoria mecánica en terapia intensiva”.

La evolución de los pacientes, explica la doctora Florentín Mujica, se desarrolla así: “los pacientes pueden empeorar durante el primer año y otros sufren una progresión durante varios años”. 

Entre los factores que empeoran la clínica, la neuróloga cita “los trastornos tiroideos, embarazo, infecciones, ciclo menstrual y ciertos fármacos”.

El diagnóstico 

El diagnóstico se basa en el cuadro clínico y realización de estudios: “test del hielo (sobre el párpado ptósico, durante 2 minutos), prueba de neostigmina, de edrofonio, dosaje de anticuerpos antirreceptores de acetilcolina (AChR ) y la prueba electromiográfica específica”, culmina.

Enlance copiado

Lo
más leído
del día

01
02
03
04
05

Te puede interesar