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Para mantener este equilibrio se deben tener en cuenta numerosos factores, expresa la Dra. Nora Gómez, siquiatra y directora del Programa Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, quien destacó que lo primordial es la prevención.
La salud mental es un componente del equilibrio síquico que influye en todos los aspectos de la vida del ser humano. Este equilibrio puede verse afectado por diferentes factores. La Dra. Gómez los denomina disparadores o factores sicosociales de desequilibrio. Estos son la falta de trabajo, la estrechez económica, la deserción escolar (en los niños y adolescentes), las enfermedades somáticas, corporales graves, que ocurren en niños, adolescentes, adultos jóvenes y adultos mayores.
"La familia es el pilar fundamental de la sociedad; entonces, cuando ocurre un divorcio o separación, se crea un nuevo elemento desequilibrante, que puede afectar a todos los miembros de una familia, y es la aparición de las familias uniparentales, donde solo el papá o la mamá queda con todo el peso de la responsabilidad de llevar una familia adelante. Esto, sumado a los factores socioeconómicos, que actualmente son desahuciantes, en nuestra sociedad, prenden la mecha del desequilibrio".
Otros disparadores
Nuestra entrevistada también resalta a la violencia urbana, que llega a niveles superiores, como otro factor igualmente importante y contundente de desequilibrio.
Tratamiento
Para la Dra. Gómez, lo fundamental es la prevención, es decir, la etapa primaria, promocionado los factores que llevan a lograr una salud mental. "Se debe promover la salud a través de una vida sana, de la revalorización de los valores éticos y morales reales, como la constitución de la familia como centro y núcleo de la sociedad, hábitos saludables (hacer deportes, no al alcohol, no a la vida sin límites, no a las drogas, revalorizar los valores que se aprendieron de los padres), aprender a aceptar y respetar las fortalezas y debilidades de uno mismo.
La recomendación profesional es que en caso de que aparezcan, aunque sea mínimamente, los síntomas de desequilibrio, acudir a un centro sanitario para poder tener la ayuda necesaria, no esperar que los factores de desequilibrios se trasformen en trastornos mentales. "Es a la etapa secundaria y terciaria que no se deben llegar, son las etapas de tratamiento y rehabilitación, cuyos costos económicos y emocionales son muy elevados".