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Del total, 65 son variantes “comunes” que predisponen al cáncer de mama y otras siete influyen específicamente en el cáncer de pecho negativo para el receptor de estrógeno, el subconjunto de casos que no responde a las terapias hormonales, como al fármaco tamoxifén.
El profesor Doug Easton, de la Universidad británica de Cambridge y uno de los investigadores líderes del estudio, señaló que los hallazgos amplían de manera “significativa” el “entendimiento de la base heredada del cáncer de pecho”.
Este tumor está originado por complejas interacciones entre el entorno y un gran número de variantes genéticas, como las llamadas BRCA1 y BRCA2, que comportan un alto riesgo de desarrollar la enfermedad, y otras más comunes que conllevan un peligro menor.
Según el artículo, las nuevas variantes de riesgo identificadas en el estudio doblan, casi, el número de las que ya se conocían.
Los hallazgos son el resultado del trabajo llevado a cabo por el consorcio OncoArray, en el que trabajan 550 investigadores de unas 300 instituciones de seis continentes.
En total analizaron información genética de 275.000 mujeres, de las que 146.000 habían sido diagnosticadas con cáncer de mama.
El experto indicó que “hay algunas pautas claras en las variantes genéticas que deberían ayudar a comprender por qué algunas mujeres están predispuestas a padecer cáncer de pecho, y qué genes y mecanismos están involucrados”.
Al combinar los datos epidemiológicos con información del tejido del pecho, el equipo investigador elaboró predicciones de los genes en la mayor parte de los casos.
La mayoría de las variantes encontradas por OncoArray no se detectaron dentro de los genes, sino en las regiones de los genomas que regulan la actividad de los genes cercanos.
“Esperábamos hallar muchísimas nuevas variantes de cáncer de pecho, pero los estudios nos dicen mucho más sobre qué genes están implicados, revelando genes de los que no se sospechaba y mecanismos genéticos que subyacen a la carcinogenesis del pecho”, apuntó Peter Kraft, de la universidad de Harvard (EE.UU.).
Un 70% de los casos son cánceres positivos para los receptores de estrógenos, lo que implica que las células cancerosas tienen una proteína, llamada receptor, que responde a la hormona femenina estrógeno, posibilitando el crecimiento del tumor.
El estudio identificó regiones genéticas asociadas a uno de los dos cánceres, subrayando que son distintos biológicamente.