Mamá, ángel de la guarda

La compañía de la mamá, su afecto y protección ayudarán al infante a crecer, porque recibirá amor, nutrición y atención pediátrica oportuna.

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Con frecuencia una mamá se pregunta si sus cuidados son suficientes para sus hijos. Consultamos a un pediatra, el Dr. Camilo Mendieta(*), quien brinda una guía básica.

–Desde el punto de vista de los derechos del niño, ¿cómo debe ser una mamá con respecto a los cuidados, higiene, prevención?

–La atención del niño requiere cuidados que se inician antes del nacimiento y van más allá de la adolescencia. La madre debe iniciar el cuidado de su bebé desde el momento en que se sabe embarazada. Se realizará controles regulares con el ginecólogo hasta el nacimiento a término y posteriormente, controles periódicos. Se instruirá sobre higiene del bebé, alimentación a pecho materno; fundamental en el primer año de vida para prevenir infecciones y alergias a futuro. Y vacunación para prevenir enfermedades infecto-contagiosas. La incorporación de alimentos no lácteos tiene su momento para evitar problemas de intolerancia o alergias.

–¿Cuáles son los parámetros de una mamá que ofrece contención, cariño, afecto y también protección contra las enfermedades?

–Es importante que la madre acaricie a su hijo, le mire a los ojos, lo llame por su nombre, le hable con palabras claras y aprovechar el contacto físico para desarrollar la interrelación madre-hijo. Debería jugar con él en la cuna, en el suelo, al aire libre o cualquier lugar en que se encuentren. Los objetos de colores vivos son también útiles para este efecto.

Deberá evitar tener objetos peligrosos en la casa, cubrir los chupetes para evitar contaminación, tapar los enchufes eléctricos, y ya no se recomiendan los andadores.

–¿Existe una mamá ideal desde el punto de vista pediátrico?

–La mamá es el “ángel de la guarda” de su hijo en la vida terrenal, debe tratar de educar teniendo como prioridad la autoestima del niño. Ser firme en sus decisiones y tratar siempre de estar de acuerdo con el padre en cuanto al método de disciplina que tendrán con su hijo, teniendo como prioridad el diálogo, y evitando los castigos físicos.

–¿Qué ocurre con la madre perfeccionista y sobreprotectora?

–“No corras tanto que te vas a caer, no te ensucies la ropa, abrigate bien que hace frío, ¿qué haces ahí arriba?, ¡baja inmediatamente!, me vas a matar!” ¿Les suenan esas frases? Los padres nos preocupamos por nuestros hijos, pero a veces nos pasamos. Tal vez esas frases no sean exageradas, pero eso depende del tono y del volumen con que las proferimos. Hay madres que consiguen transmitir su ansiedad a sus hijos y crean una dependencia nada beneficiosa.

Si queremos que nuestros hijos sean autónomos, debemos adoptar actitudes que los ayuden a no depender tanto de nosotros.

(*) Especialista en cuidados intensivos.

mirtha@abc.com.py

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