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El Dr. Pablo Ammatuna, especialista en várices, también opina sobre los hemangiomas.
- Son malformaciones vasculares de pequeños capilares que se desarrollan por debajo de la dermis. Son congénitas y se visualizan en la piel como una mancha de diverso diámetro de color vinoso, a veces más oscuro o más claro. Pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, pero con más frecuencia en la zona de la cabeza, cuello y tronco.
Solo revisten peligrosidad de acuerdo a la zona en la que se presentan, como en la de los ojos, orofaringe, oídos, etc.
Pueden además desencadenar algunos síntomas como dolores en la región en la que se encuentran, y hasta crisis convulsivas si afectan zonas cerebrales.
–¿Cómo vivir con el hemangioma?
–Si consideramos que es una afección que se caracteriza por ser autolimitada y además de esto, tiene el comportamiento de reducir su tamaño, ya que el curso de estas lesiones incluye una fase de crecimiento posnatal, que tiene una duración de tres a nueve meses con una involución gradual que ocurre durante dos a seis años. La involución suele ser completa a los siete a 10 años, y podremos concluir que se puede vivir plenamente con él.
El mayor inconveniente, y debido a que se manifiesta en edad temprana, es el daño psicológico que pudiera acarrear en el niño o niña que lo padece. Y es aquí en donde sus progenitores tendrían una labor importante en acompañar al pequeño para sobrellevar esta enfermedad.
Soluciones desde el sistema vascular
- Antes que nada debemos considerar su comportamiento espontáneo hacia la involución. Luego del cual consideraremos la opción de tratamiento. Aproximadamente el 75% de los hemangiomas involucionan sin intervención y se encuentran en lugares anatómicamente benignos, por lo que se convierte en una cuestión casi estética.
La intervención médica se indica cuando los hemangiomas están ubicados en áreas que impiden el desarrollo normal, interfiere con los procesos importantes de la vida, o causa dolor severo. Estos lugares incluyen ojos, nariz y las vías respiratorias.
Uno de los procedimientos es el de la ablación por medio de la cirugía, teniendo en cuenta la cicatriz que se presentará en el lugar de la lesión y en algunos casos con cierta retracción, ya que se debe extirpar la zona afectada.
El otro procedimiento es con láser. También se puede acudir al electrocauterio y criocirugía, componentes de la dermoabrasión.