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Las malformaciones del tórax son muy comunes y se manifiestan, principalmente, por la deformidad de la pared torácica anterior. Pueden ser de nacimiento (congénitas) o adquiridas en la vida, por alguna enfermedad o traumatismo.
Producen severas alteraciones de la autoestima y la personalidad, en niños y adolescentes que la sufren, volviéndolos introvertidos, acomplejados por su apariencia y porque son objeto de burla de sus pares.
Muchos estudios de más actualidad muestran que no solo se trata de un defecto cosmético, sino que pueden ocasionar problemas de salud, relacionados al retorno venoso central, por la alteración del eje de desembocadura de las venas cavas, superior e inferior y a la restricción de la dilatación de la aurícula derecha. Al esfuerzo físico máximo, que produce bajo rendimiento deportivo.
Se clasifican en dos grupos principales: pectus carinatum (esternón protruido, pecho carinado, “pecho de paloma”.
Otro es el pectus excavatum (esternón hundido, “pecho hundido”).
Pueden ser leves, moderados o severos, de acuerdo al grado de hundimiento o levantamiento del esternón y simétricos o asimétricos, de acuerdo a la deformidad de los cartílagos costales.
Nuevos tratamientos para mejorar deformaciones del tórax
Clásicamente estas malformaciones han sido tratadas de modo quirúrgico, con operaciones tan cruentas y a “cielo abierto”, que muchos pediatras de cabecera no recomendaban, y los pacientes optaban por no tratarse. Pero en la actualidad, existen varias formas de tratar estas deformaciones.
Más recientemente en los últimos 20 años, se han desarrollado técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas (técnica de Nuss), que consiste en cirugía por toracoscopia de inserción de una barra metálica a manera de un “frenillo”, que se coloca detrás del esternón, en los casos de “pectus excavatum” y delante del esternón, en los casos de “pectus carinatum” (ténica de Abramson).
No quirúrgicos
También se han desarrollado los métodos T.O.P. (Tratamiento Ortopédico de Pectus) totalmente no quirúrgicos, con lo que se reportan cerca del 90% de muy buenos resultados a largo plazo, en pacientes seleccionados.
Para los casos de “pectus carinatum”, se trata de un dispositivo (compresor FMF) de compresión dinámica, que se utiliza a manera de un corset que va modelando el esternón hasta volverlo normal. El dispositivo se utiliza durante 8 meses a un año para lograr una reducción adecuada.
Para los casos de “pectus excavatum”, el método T.O.P. consiste en un dispositivo que aplica presión negativa sobre el esternón y consigue “levantarlo” a su posición debida. El dispositivo se conoce como “Vacuum Bell” o campana de vacío, que también se debe usar a manera de corset, por un tiempo aproximado de un año.
(*) Especialista en cirugía pediátrica.