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El doctor Guido Martínez, neurólogo, afirma que “los tics son movimientos o vocalizaciones que se expresan por medio de “ruidos con la boca, palabras y frases, que son bruscos, rápidos, transitorios, sin ninguna finalidad. Se repiten a intervalos variables y se deben a la contracción involuntaria de uno o más músculos, que pueden ser controlados por un tiempo, y luego vuelven, e incluso más fuertes”.
Según el especialista, “son más frecuentes entre los cinco, ocho y 12 años de edad”.
“Los tics suelen desaparecer en la adolescencia. Consisten en parpadeos, muecas faciales, apertura de la boca, movimientos del cuello y otros musculares. Empeoran en situaciones de estrés y fluctúan en intensidad. Pueden ser motores, en músculos del cuerpo, vocales, músculos del habla. Algunos son simples, no tienen sentido (parpadeo, tocarse la nariz, carraspear, toser, sonar con la nariz)”, señala.
Otros tics son complejos; por ejemplo, “los movimientos tienen un propósito: tocar a otra persona, encogerse de hombros, repetir palabras, frases, decir palabras feas”.
El diagnóstico de los tics es clínico, destaca el galeno, y como tratamiento se pueden utilizar “los neurolépticos como haloperidol, risperidona, olanzapina, quetiapina y otros”.