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La Dra. María Paniagua, cardióloga, indica que “los anticoagulantes se utilizan para diluir la sangre y evitar la formación de trombos que podrían desprenderse en fragmentos conocidos como ‘embolo’, que podrían migrar a otros órganos, obstruir las arterias y provocar infartos en esos órganos”.
“Así podría ir por ejemplo al cerebro provocando un derrame cerebral, al corazón, pulmón, hígado, intestino, etc., ocasionando infartos. Recuerde que los anticoagulantes se deben utilizar en forma preventiva en las afecciones que facilitan la formación de trombos, como trombosis venosa profunda, arritmia cardiaca sobre todo fibrilación auricular”, agrega.
Señala la profesional que “existen dos tipos de anticoagulantes orales: los inhibidores de la vitamina K; y los nuevos como el dabigatran, rivaroxaban y apixaban”.
“Los del primer grupo provocan sangrado más frecuentemente. Las sobredosis se manifiestan en sangrado de alguna parte del cuerpo y hay que consultar en forma inmediata para que el médico proceda al tratamiento adecuado”, indica.
Recuerde que “estos medicamentos deben ser administrados por estricta indicación médica, nunca automedicarse. Se debe consumir en la dosis y hora indicada, no saltarse la dosis ni aumentarla”.
“Ante el consumo de los anticoagulantes de vitamina K se requerirán controles periódicos y parámetros de anticoagulación. En ocasiones esos controles pueden ser semanales y en otras mensuales. Con eso se evalúa si es correcta o no la dosis, por lo que se recomienda no faltar a la consulta de control, debido al peligro de trombosis o embolia si no se consume en la dosis correcta”.
Los anticoagulantes nuevos “tienen la ventaja de no requerir esos controles, son más seguros y tienen una menor incidencia de sangrado, sin embargo, el costo es más elevado”.
Luego de una cirugía
La Dra. Paniagua señala que “se indican anticoagulantes después de una cirugía cuando el paciente tiene alta posibilidad de embolia, para eso existen tablas de puntuación para estratificar el riesgo. Aquí se tiene en cuenta la edad, presencia de cardiopatía o alguna afección predisponente en la persona”.