Lo bueno, lo malo y lo feo

Escuchando a Ennio Morricone, se me ocurrió este título para una situación que tiene tres aristas para nuestros adultos mayores. Siempre recuerdo cuando una paciente de 80 años me solicitó que colocara free-wifi en mi consultorio porque así ella podía conectarse a su mini iPad. Quedé sorprendido.

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Para el adulto mayor, internet se ha convertido en una plataforma novedosa. Muchos no saben cómo la red puede ayudarlos a comunicarse mejor con sus amigos o familiares, ni están al tanto de que puede traerles diversos beneficios.

Volviendo al tema del título podemos clasificarlo en tres formas:

Lo bueno: la tecnología hace que el cerebro aprenda y desarrolle sistemas de conexiones, en especial sistemas colinérgicos cerebrales en el área de la memoria capaz de aprender cosas nuevas. Esto provoca que problemas cognitivos que se estuvieran gestando se retrasen, como ser una enfermedad degenerativa cerebral. Ante la presencia de nuevos estímulos cerebrales, hay un mayor número de conexiones y en algunos casos es posible el uso de neuronas de otras áreas para cumplir funciones de memoria.

El hecho de usar juegos en las tablet, smartphone, redes sociales y otros sistemas de comunicación vía internet requiere de un mecanismo de desarrollo del pensamiento abstracto. Entiéndase como pensamiento: “la capacidad cognitiva para la resolución de problemas inéditos o nuevos utilizando para ello la experiencia previa del sujeto” y al pensamiento abstracto como una de las funciones más superiores del cerebro. Muchos adultos mayores que se creían incapaces de realizar este acto después de cierto tiempo pueden realizarlo sin ningún problema. Por supuesto, no olvidar que al pasar los años el aprendizaje se vuelve más lento pero no imposible.

Lo malo: la globalización de servicios vía internet, desde servicios bancarios, servicios básicos hasta el famoso delivery de alimentos y medicamentos ha aumentado el sedentarismo, la falta de comunicación personal, el compartir con vecinos y conocidos. Lo mismo que daba una ventaja sobre la memoria (redes sociales) ha convertido a las personas en entes incapaces o sin interés de interactuar directamente con otras personas. La comunicación se ha reducido a un aparato electrónico dependiente del saldo, señal o de la accesibilidad al wifi.

Lo feo: existe una gran mayoría de adultos mayores que han translocado su ritmo de vigilia y sueño a causa de la tecnología. Las personas mayores se quedan hasta altas horas de la noche y madrugada observando redes sociales, jugando juegos o bien mirando películas.

Como en todo western, lo bueno siempre gana; pero ojo, está el malo que no muere, ni desaparece y lo feo se esconde en nuestros sueños o en la falta de él.

(*) Especialista en medicina interna geriátrica y neuropsiquiatría geriátrica.

gusarbo@gmail.com

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