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Encontramos la vitamina D en dos formas, la D2 o ergocalciferol y la D3 colecalciferol. Podemos obtenerlas a través de los alimentos, pero en cantidades mínimas. Sin embargo, la vitamina D3 puede ser elaborada por nuestro organismo en cantidad suficiente si las condiciones son adecuadas.
En la piel se encuentran unas sustancias derivadas del colesterol (7-dehidrocolesteroles) que con la exposición solar, específicamente los rayos UVB, se transforman dando origen a la vitamina D, que posteriormente es procesada en el hígado y finalmente activada en los riñones.
El mejor horario para exponerse moderadamente al sol y producir vitamina D es entre las 10:00 y las 15:00. Recuerde que el tiempo necesario para producir cantidad adecuada de vitamina D es mínimo, siendo lo recomendado para las personas con piel blanca entre 5 y 10 minutos y en las personas con piel oscura hasta 30 minutos. Tres veces por semana son suficientes. Se deben exponer brazos y piernas, y proteger la zona del rostro y el escote.
La vitamina D activa desempeña sus principales funciones: en el intestino ayuda a la absorción y aprovechamiento del calcio consumido con los alimentos o suplementos; en los huesos facilita el depósito del calcio y su fortalecimiento; y en las células del sistema inmune mejora su función.
Actualmente muchos estudios científicos demuestran que desempeña funciones importantes en muchas otras partes del organismo. La falta de vitamina D se relaciona con enfermedades conocidas, principalmente con la osteoporosis y el raquitismo, pero además aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión arterial, diabetes, varias enfermedades autoinmunes, también algunos tipos de cáncer, como el de mama y colon, entre otros.
Las personas sanas con deficiencia de esta vitamina pueden presentar síntomas comunes, como dolores difusos del cuerpo o debilidad muscular, además depresión y falta de concentración.
En la práctica clínica los reumatólogos encontramos frecuentemente déficit de vitamina D; en nuestro país se realizaron dos estudios, uno que incluyó 67 mujeres posmenopáusicas y otro en 100 estudiantes universitarios. En ambos grupos se halló un porcentaje importante de insuficiencia de esta vitamina.
Esto se debe a que existen muchos factores que influyen en la formación de la vitamina D, por ejemplo, las ropas que cubren gran parte del cuerpo y el uso del protector solar que impiden la producción de vitamina D; así también la exposición al sol fuera de los horarios recomendados (entre las 10:00 y las 15:00) disminuye muchísimo la cantidad de vitamina D producida, como en las personas que trabajan gran parte del día en edificios o lugares cerrados. Un grupo especialmente en riesgo son los adultos mayores por la calidad de la piel, sumado al hecho de que se movilizan menos.
(*) Reumatóloga
nellycolman@hotmail.com