La varicela

La contagiosa varicela es producida por el virus del herpes zóster, que se manifiesta como lesiones cutáneas y luego se vuelven ampollares, con contenido líquido claro, distribuidas en el tronco y rostro, hasta que todo el cuerpo se cubre con ellas y otras molestias.

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El Dr. Lorenzo Elizaur, clínico, explica que esta enfermedad tiene un período de incubación de 10 a 21 días; inicialmente se manifiesta con dolor de cabeza, fiebre y malestares digestivos.

Luego aparecen las lesiones cutáneas que al cabo de una semana se vuelven costrosas hasta desaparecer por completo.

–¿Quiénes pueden padecer varicela?

–La varicela es una enfermedad que predomina en los niños en edad escolar, entre los 5 y 12 años, pero todos pueden padecerla, desde los recién nacidos hasta las personas de mayor edad. No deja complicaciones, pero los niños muy pequeños, prematuros, ancianos, personas que consumen corticoides o quimioterapia suelen desarrollar formas más graves.

Las embarazadas son un grupo especial de pacientes por el riesgo de complicaciones prenatales.

–¿Los niños que se vacunaron contra la varicela ya no padecerán esta enfermedad?

–La vacuna contra la varicela suele proporcionar una protección del 85% contra las formas leves, y más del 90% contra las formas graves. Es decir que aquellos que se han vacunado pueden presentar varicela, pero de una manera muy atenuada.

–¿Se podrá aplicar en la piel algún producto casero?

–Los baños con avena y almidón de maíz suelen ayudar a suavizar la piel y disminuir la picazón. Lo importante es mantener la piel fresca y limpia a fin de evitar sobreinfecciones.

Hay que tener cuidado con las preparaciones caseras que puedan contaminar las lesiones, en especial si no se cuidaron las medidas de higiene al prepararlas.

Reposo, sí o no

–¿El niño deberá guardar reposo absoluto en su habitación?

–No es necesario que el niño permanezca encerrado, lo importante es mantenerlo aislado de otras personas susceptibles de contagiarse. La duración del período de contagio suele ser hasta siete días, es decir, hasta que las ampollas estén todas secas y con costras.

–¿El viento tiende a empeorar la enfermedad?

–El viento no empeora la enfermedad ni el índice de contagios. El niño debe permanecer en un lugar relativamente aislado, pero bien ventilado.

Consulte al médico.

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