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El control prenatal puede alertar a la gestante y su médico sobre una condición peligrosa. La Dra. María Graciela Caballero, ginecoobstetra, afirma que “la preeclampsia es el aumento de la presión arterial durante el embarazo y puerperio inmediato, asociado a edema de rostro y miembros, y también proteínas en orina”.
“Esta enfermedad, cuando no es tratada, puede ocasionar convulsiones, es decir, la paciente entra en coma y se produce la muerte materna e incluso fetal. A esto se llama eclampsia y constituye uno de los cuadros graves de la obstetricia”, señala.
Refiere la especialista que “la presión alta es considerada cuando la sistólica es mayor o igual a 140mmhg y la mínima o diastólica es igual o mayor a 90mmhg”.
“La preeclampsia es muy frecuente en el primer embarazo, pero también puede aparecer en multíparas o estar asociada a otras enfermedades”.
Indica que “la causa de por qué ocurre la preeclampsia es desconocida, pero se sabe que se generan lesiones al nivel de las arterias, por eso ocurren problemas renales y también hinchazón generalizada”.
“Esta enfermedad es considerada grave cuando la presión sube a 160mmhg por 110mmhg, acompañada de proteinuria en orina y que la paciente orine poco. A veces la paciente se queja de dolores de cabeza”.
Destaca la doctora que “el diagnóstico es clínico y laboratorial, por eso cuando la paciente consulta en forma precoz y durante el embarazo evita muchas complicaciones, así también se previene una preeclampsia”.
Resalta que los médicos ginecoobstetras pueden evitar las complicaciones que genera esta enfermedad y aconsejar a toda paciente que realice un buen control prenatal. Y si la paciente ya acude con hipertensión, se ponen en marcha las medidas antihipertensivas, como reposo, dieta con poca sal, reducir los trabajos domésticos y profesionales. “También administrar medicamentos para la presión, control riguroso de los niveles presóricos, e internación en los cuadros más graves. Si controlamos y la paciente colabora, se evitarán muertes o complicaciones y obtendremos una buena vitalidad fetal para llegar a buen término”, concluye la doctora.