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–¿Cómo interviene la mala circulación de un encamado?
–La mala circulación en un encamado supone riesgo de formación de coágulos, sobre todo en venas (trombosis venosas), que pueden inflamarse y provocar tromboflebitis, además de desprenderse a través de la circulación y obstruir otros vasos. Una de las complicaciones más temidas en pacientes encamados es el tromboembolismo pulmonar.
Entre las condiciones médicas temidas están las vasculares, respiratorias, úlceras de decúbito (escaras), pérdida de masa muscular, pérdida de masa ósea entre otros. Estos pacientes muestran una mayor vulnerabilidad a infecciones respiratorias por retención de sus secreciones. Frecuentemente, los escuchamos toser, a veces con una expectoración seca, otras con un “catarro” más productivo.
–¿La inmovilidad crea otros problemas?
–La disminución de la actividad motora determina que nuestro paciente pierde fuerza muscular, porque los músculos se van atrofiando conforme se prolonga el encamamiento y nuestro paciente se mueve menos. Se agregan dolores más localizados, a veces referidos a “todo el cuerpo”. A este escenario se suman lesiones debido a la presión de ciertas áreas de cuerpo sobre la superficie de la cama, que evolucionan a úlceras de profundidad variable. Infecciones urinarias se pueden presentar. Estos pacientes reciben varias medicaciones a la vez, con efectos colaterales a los que hay que prestar atención.
Es un conjunto de situaciones que mejoran o no y en ello intervienen los cuidados que se le prodigan.