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Alrededor de 300.000 estadounidenses son diagnosticados cada año con enfermedad de Lyme, según una estimación inicial basada en tres estudios de los CDC y distribuida en un comunicado oficial.
Hasta ahora, solo se tenía constancia de unos 30.000 casos anuales de los que se informa oficialmente a los CDC, por lo que “la nueva estimación sugiere que el número total de diagnosticados con enfermedad de Lyme es alrededor de diez veces superior al número de casos reportados anualmente”, indicó el comunicado.
“La vigilancia rutinaria solo nos permitía ver parte del problema, pero esta nueva estimación preliminar confirma que la enfermedad de Lyme es un problema de salud pública tremendo en Estados Unidos”, señaló el jefe de epidemiología del programa de la enfermedad de Lyme en los CDC, Paul Mead.
“Esto subraya claramente la necesidad urgente de prevención”, agregó.
Dónde se encuentra
La enfermedad de Lyme es comúnmente asociada a áreas boscosas o prados y se transmite a través de la picadura de garrapatas denominadas de “patas negras”, infectadas con la bacteria Borrelia burgdorferi, que usualmente vive en venados, ratones y otros mamíferos pequeños.
De no ser tratada a tiempo, la enfermedad de Lyme puede afectar el sistema nervioso, el corazón, las articulaciones y la piel, así como provocar parálisis facial y pérdida de sensibilidad en brazos y piernas, de acuerdo con los CDC.
Uno de los primeros síntomas de la enfermedad es la aparición de una erupción cutánea en forma de círculo, conocida popularmente como “ojo de buey”, además de fiebre, dolor de cabeza y fatiga.
Los CDC planean publicar estimaciones más contrastadas cuando concluyan los tres estudios, de los cuales uno analiza información médica de alrededor de 22 millones de personas a lo largo de seis años, otro se basa en un sondeo de laboratorios clínicos y un tercero analiza los casos revelados por una encuesta pública.
Cómo se realiza la prevención
Las autoridades recomiendan prevenir la enfermedad a través del uso de repelentes contra insectos o insecticidas como la permetrina, que solo puede usarse sobre la ropa, no sobre la piel.
No obstante, según el especialista de los CDC Lyle Petersen, esas medidas “no están a prueba de fallos y la gente no siempre las usa”.
“Necesitamos movernos hacia un enfoque más amplio para reducir las garrapatas, que involucre a comunidades enteras, con el fin de combatir este problema de salud pública”, indicó Petersen.
Ese enfoque incluiría una mayor vigilancia de posibles garrapatas en los jardines particulares y de los ratones o ciervos que puedan acarrear la bacteria.
La mayoría de los casos de enfermedad de Lyme se concentran en el noreste y el norte del medio oeste estadounidense, con un 96% de los casos repartidos en 13 estados, de acuerdo con las autoridades.
Fuente: EFE