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Es común que se recurran a múltiples remediaciones que en muchos casos aumentan el problema. Lo bueno es realizar una dieta apropiada con restringida cantidad de grasas e hidratos de carbono. Deben ingerirse en grandes cantidades verduras, especialmente rojas y frutas, especialmente banana, y todo alimento que contenga vitaminas A,E,P y H. No conviene ingerir chocolate ni café.
Son buenos los remedios refrescantes que tengan acción positiva sobre el hígado. Se recomienda controlar las evacuaciones diarias, pues no es conveniente que haya fermentaciones intestinales.
Para la limpieza no usar jabones ácidos o alcalinos, sino los de glicerina; lavar con agua fría y si es posible con té de romero, de hojas de batata, de flores de jazmín o manzanilla. Son buenos los tés de mburucuyá, tilo, manzanilla y los de tés para el hígado y la digestión.
Se deben evitar las cicatrices ocasionadas por malos hábitos de cuidado epitelial y esperar la regularización hormonal, pues afean permanentemente y son las que a la postre desembocan en problemas síquicos, sociales y de comportamiento, que reducen permanentemente la calidad de vida.
En cuanto a las enfermedades autoinmunes, hoy en día, cada vez son más frecuentes debido al medio ambiente contaminado, a las "comidas chatarra", a la transmisión genética y a la situación socioeconómica que perturba a la siquis. Esto quiere decir que estos tipos de enfermedades tienen origen en la genética, la alimentación, el medio ambiente y el estrés sicológico.
Estas son ocasionadas por respuestas inmunes inadecuadas que afectan las propias células de la persona y a todos los órganos, dando origen a varias enfermedades, como el asma, la bronquitis asmatiforme, la diabetes, la rinitis, los diferentes tipos de eccemas, el colon irritable y muchas otras afecciones, todas provenientes de una inmunidad con problemas de expresión.
¿Qué se puede hacer?
Lo primero es cambiar de régimen alimentario. Los alimentos deben ser variados, evitando las frituras y prefiriendo alimentos crudos o cocinados al horno. Se indica consumir diariamente y en cantidad: vegetales (lechuga, berro y otras hojas para ensaladas), frutas (especialmente frutos rojos y cítricos), pescado, sopas, leche, quesos, yogur, cereales, jugos y agua.
Se sugiere descartar definitivamente los alimentos chatarra, consumir en poca cantidad las grasas y las carnes rojas, pero los aceites vegetales deben estar presentes (preferentemente crudos). Es recomendable que el café y la yerba mate no abunden. Los remedios herborísticos no deben ser demasiados y muchos menos mezclados indiscriminadamente.
Lavar muy bien los alimentos a ingerir y preferentemente comprar alimentos de producción orgánica, dado que estos son cultivados sin agroquímicos ni pesticidas. Es conveniente realizar ejercicios, en especial caminatas. Son también útiles los ejercicios que mejoran el estado síquico y la tranquilidad emocional.
En cuanto al ambiente, no realizar quemas, pues producen humos que irritan las vías respiratorias y los ojos, y tarde o temprano desencadenarán enfermedades autoinmunes. Tampoco es conveniente usar insecticidas químicos. Existen muchas plantas y sus productos que ahuyentan o matan a los insectos y las plagas y no producen problemas al hombre; también hay trampas biológicas eficientes contras las plagas, sean domésticas o de campo.
Son buenos los remedios refrescantes que tengan acción positiva sobre el hígado. Se recomienda controlar las evacuaciones diarias, pues no es conveniente que haya fermentaciones intestinales.
Para la limpieza no usar jabones ácidos o alcalinos, sino los de glicerina; lavar con agua fría y si es posible con té de romero, de hojas de batata, de flores de jazmín o manzanilla. Son buenos los tés de mburucuyá, tilo, manzanilla y los de tés para el hígado y la digestión.
Se deben evitar las cicatrices ocasionadas por malos hábitos de cuidado epitelial y esperar la regularización hormonal, pues afean permanentemente y son las que a la postre desembocan en problemas síquicos, sociales y de comportamiento, que reducen permanentemente la calidad de vida.
En cuanto a las enfermedades autoinmunes, hoy en día, cada vez son más frecuentes debido al medio ambiente contaminado, a las "comidas chatarra", a la transmisión genética y a la situación socioeconómica que perturba a la siquis. Esto quiere decir que estos tipos de enfermedades tienen origen en la genética, la alimentación, el medio ambiente y el estrés sicológico.
Estas son ocasionadas por respuestas inmunes inadecuadas que afectan las propias células de la persona y a todos los órganos, dando origen a varias enfermedades, como el asma, la bronquitis asmatiforme, la diabetes, la rinitis, los diferentes tipos de eccemas, el colon irritable y muchas otras afecciones, todas provenientes de una inmunidad con problemas de expresión.
¿Qué se puede hacer?
Lo primero es cambiar de régimen alimentario. Los alimentos deben ser variados, evitando las frituras y prefiriendo alimentos crudos o cocinados al horno. Se indica consumir diariamente y en cantidad: vegetales (lechuga, berro y otras hojas para ensaladas), frutas (especialmente frutos rojos y cítricos), pescado, sopas, leche, quesos, yogur, cereales, jugos y agua.
Se sugiere descartar definitivamente los alimentos chatarra, consumir en poca cantidad las grasas y las carnes rojas, pero los aceites vegetales deben estar presentes (preferentemente crudos). Es recomendable que el café y la yerba mate no abunden. Los remedios herborísticos no deben ser demasiados y muchos menos mezclados indiscriminadamente.
Lavar muy bien los alimentos a ingerir y preferentemente comprar alimentos de producción orgánica, dado que estos son cultivados sin agroquímicos ni pesticidas. Es conveniente realizar ejercicios, en especial caminatas. Son también útiles los ejercicios que mejoran el estado síquico y la tranquilidad emocional.
En cuanto al ambiente, no realizar quemas, pues producen humos que irritan las vías respiratorias y los ojos, y tarde o temprano desencadenarán enfermedades autoinmunes. Tampoco es conveniente usar insecticidas químicos. Existen muchas plantas y sus productos que ahuyentan o matan a los insectos y las plagas y no producen problemas al hombre; también hay trampas biológicas eficientes contras las plagas, sean domésticas o de campo.