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La Dra. Cristina Chamorro, infectóloga, señala que “en una situación de inundación se deberá proveer agua potable a los afectados, lugar seco para alojamiento, protección contra el frío o el calor. Así también alimentos calóricos y balanceados para que no se vea afectada la nutrición e hidratación de las personas, asistencia médica para resolver casos emergentes, atención ante la posible aparición de insectos y animales. Cuando las personas se han ubicado o guarecido en un área se atenderá el cuidado y manejo de los desechos y las excretas humanas, así como planificar donde se desecharán estos”.
Ante esta situación, lo más probable es que se contaminen los alimentos y el agua por falta de una buena prevención y cuidado. “Recuerde que el estrés es lo que afecta inicialmente a las víctimas ante una crisis, pues las personas viven un momento límite por la gran pérdida y peligro de vida. Inclusive son comunes las enfermedades de la piel por el contacto permanente con el agua, así también la presencia de diarreas por falta de agua potable y poca higiene. La desnutrición leve a moderada no está exenta”.
Por otro lado, menciona “las afecciones respiratorias, picaduras de insectos como arañas e incluso mordeduras de serpientes y animales que se encuentran en el área de inundación”. Insiste en que es preciso “atender en el lugar la aparición de insectos, arácnidos, serpientes u otros animales que también buscan su supervivencia y que saldrán de su hábitat normal para guarecerse en los mismos lugares donde van los humanos”.
Rescata la profesional que “los más vulnerables ante este hecho son los niños por estar en etapa de formación y crecimiento, y los ancianos por el declinamiento de sus funciones y la debilidad que poseen. Es el grupo poblacional al que hay que proteger con mayor detenimiento”. Es importante cuidar el agua y los alimentos que consumirán. “Buscar refugio en zonas de ayuda o terrenos elevados, alejados de la inundación”.