La broncoaspiración

Cuando en un bebé sobreviene un vómito, la leche queda acumulada en la boca y es llevada hacia los bronquios al momento de aspirar, lo que obstruye las vías respiratorias, y se denomina broncoaspiración.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2074

Cargando...

El doctor Sebastián Brítez, neonatólogo, explica que “la broncoaspiración es el pasaje de sustancias (generalmente leche) desde la faringe a la tráquea. Los recién nacidos, cuyo período va desde el nacimiento a los 28 días de vida, pueden tener tos, coloración azulada de piel (cianosis) y detención de la respiración y dificultad para la respiración normal”.

Lo más importante que se debe hacer primero, según recomienda el profesional, es llamar al servicio de emergencias y ambulancias. “Luego se debe poner al bebé en una superficie plana y boca arriba, elevar el mentón e inclinar la cabeza hacia atrás y escuchar o sentir si respira. Si no se constata respiración, realizar los primeros auxilios, si la persona se encuentra entrenada para hacerlos”, refiere.

“Lo que hay que hacer consiste en suministrar dos respiraciones ‘boca a boca’, dando tiempo a que el aire que entre, salga antes de suministrarle el segundo ciclo de dos respiraciones. Aproximadamente se deberán hacer 20 de estos ciclos en un minuto, es decir, cada tres segundos”, añade.

El doctor acota que “deben dormir boca arriba todos los bebés que, independientemente de su peso de nacimiento o edad gestacional, se encuentren con buena evolución clínica y se alimenten por succión. La mejor forma de darse cuenta si el bebé necesita o no eructar es observando cómo se comporta durante y luego de la alimentación. Si mientras se le da el pecho está inquieto o de pronto suelta el pezón y comienza a llorar, es posible que dicho comportamiento esté provocado por el aire retenido en el estómago. En cambio, si luego de la lactancia se muestra confortable, o se queda dormido, es altamente probable que su estómago esté libre de aire”.

Por su parte, el doctor Omar Santacruz, neumólogo pediatra, destaca que “la broncoaspiración puede ser leve, moderada o severa, de acuerdo al cuadro del paciente; sin embargo, cabe resaltar que cuando más pequeño es el bebé, más grave es el cuadro. La consecuencia que puede sobrevenir es una bronquitis catarral o neumonía por aspiración grave”.

La broncaspiración en bebés se da en dos formas: “en bebés sanos y en los que tienen alguna patología neurológica, ya sea parálisis cerebral o distrofia muscular. En los bebés sanos la broncoaspiración habitualmente es rara, pero se puede presentar. Cabe resaltar que el reflujo gastroesofásico se genera en forma de vómito o de eructos en bebés de hasta tres meses, es una situación normal, pero que en determinadas circunstancias como una infección viral (gripe) puede desencadenar una enfermedad de broncoaspiración”, resalta.

En tanto, “en bebés con patologías de base la aspiración es común y se produce en forma de microaspiraciones, lo que va produciendo lesiones pulmonares crónicas. Las internaciones de estos pacientes por broncoaspiración es habitual, ya que se puede dar que de una microaspiración pasen a tener una aspiración importante, pues estos niños no tienen reflejo de deglución”.

Salvar al bebé

Ante un caso de broncoaspiración se aconseja acudir inmediatamente junto al profesional y seguir a cabalidad sus indicaciones.

El Dr. Brítez enfatiza que “el tratamiento podrá efectuarse de manera óptima en un servicio de urgencias hospitalario, donde puede llegar a requerirse la intubación orotraqueal del recién nacido para asistencia ventilatoria. Ya en ese momento, y luego de recuperarse del paro respiratorio, se podrá aspirar la leche, a través del tubo endotraqueal, con sondas siliconadas estériles”.

El Dr. Santacruz recuerda que la mejor prevención de las enfermedades en los niños son las vacunas al día y no hay nada mejor que la leche materna para el bienestar del recién nacido.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...