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MÉXICO, (EFE). El hematólogo oncólogo del Houston Methodist Hospital detalló que combatir el cáncer apoyándose en el sistema inmunitario sano del paciente es una opción que ha demostrado un mejor resultado que los tratamientos solo con quimioterapia.
“Este tipo de tratamientos ha mejorado hasta en un 20% las posibilidades de buenos resultados después del tratamiento en comparación con los regímenes que únicamente usan quimioterapia”, detalló el especialista con motivo de celebrarse el 15 de septiembre el día Mundial del Linfoma.
El linfoma, agregó, es un tipo de cáncer que se desarrolla en el sistema linfático, en donde las células que componen el sistema inmune, llamadas linfocitos, se vuelven anormales y comienzan a multiplicarse sin control.
“Inicialmente, estas células anormales se acumulan en los ganglios linfáticos, aumentan de tamaño y pueden presionar los órganos adyacentes”, aseveró.
Los linfomas son el tipo más habitual de cáncer hematológico y se dividen en Hodgkin y no Hodgkin.
Ramos explicó que entre los principales síntomas que produce esta enfermedad están los nódulos en el cuello, debajo de los brazos o ingles, picazón en la piel, pérdida de apetito, dolor de pecho o problemas para respirar, pérdida de peso, fiebre y sudor nocturno.
Debido a que no se sabe la causa de esta enfermedad, es imposible prevenirla, aunque entre los factores de riesgo para desarrollarla están las infecciones, por lo que es importante controlarlas.
El experto explicó que hasta hace unos años los principales tratamientos para esta enfermedad eran la radioterapia y la quimioterapia, pero actualmente la inmunoterapia desempeña un papel más importante en el tratamiento de estos padecimientos.
El especialista dijo que la inmunoterapia actúa sobre el propio sistema inmune del paciente para combatir la enfermedad y “es un tratamiento muy eficaz, pero no es una cura milagrosa, ya que igualmente puede tener efectos secundarios y es importante conocerlos”.
Este tratamiento no ataca el tumor, sino que inactiva el proceso de defensa de las células tumorales frente al sistema inmunológico para que este sea capaz de reconocer y eliminar las células malignas y, así, prevenir la propagación del cáncer.
Añadió que existen tres grandes categorías principales de inmunoterapias: anticuerpos monoclonales, células CAR-T e inhibidores del punto de control.
Ramos señaló que algunos de estos tipos de inmunoterapia se recomiendan para la mayoría de los pacientes, aunque las células CAR-T están indicados para algunos tipos de linfomas que han reaparecido a pesar del tratamiento.
“Estas células son el tipo más nuevo de inmunoterapia”, puntualizó.