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La doctora Elena Candia Florentín, especialista en infectología y medicina interna, destaca que la gripe o influenza es una enfermedad contagiosa producida por el virus de la influenza. Existen cuatro tipo de virus de la influenza: A, B, C, D; los dos primeros son los que provocan epidemias estacionales durante la época de otoño e invierno.
“La transmisión se produce de humano a humano, a través de la inhalación de gotitas provenientes de una persona infectada, al toser o estornudar. El período de incubación es entre uno y cuatro días”, añade.
La profesional menciona que la influenza es una enfermedad con afectación del estado general, manifestándose con fiebre mayor a 38º C, dolores musculares, cefalea, tos, congestión nasal, descarga nasal, y en casos más severos dificultad para respirar. El resfrío se manifiesta con síntomas similares a los de la gripe, pero es causado por otros virus y en general tiene un curso más leve.
Por su parte, la doctora Gloria Samudio, infectóloga, menciona que la vacuna contra la influenza que se administra en el país es segura, inclusive para pacientes con enfermedades de base e inmunocomprometidos.
“La influenza es una enfermedad grave, especialmente entre los niños, adultos mayores y personas que padecen ciertas afecciones crónicas de la salud, como asma, enfermedades cardiacas o diabetes. De acuerdo al Centro de Control de Enfermedades, cualquier tipo de infección por influenza puede implicar el riesgo de presentar complicaciones severas, como la hospitalización o la muerte, incluso en niños y adultos sanos. Por consiguiente, para obtener protección inmunitaria, vacunarse es una opción más segura que correr el riesgo de enfermarse”, sostiene.
La doctora Candia Florentín explica que el diagnóstico de la influenza se realiza mediante los síntomas referidos por el paciente, hallazgos al examen físico y el apoyo de test rápidos para la confirmación. Cabe resaltar que los test rápidos tienen una sensibilidad cercana al 50-70%. Vale decir que un resultado negativo no descarta la enfermedad.
La vacunación
La doctora Candia Florentín señala que se debería iniciar la vacunación antes de que empiece la temporada de gripe, considerando que se estima que en dos semanas de la aplicación de la vacuna antigripal el organismo puede generar los anticuerpos o defensas.
Los asmaticos
La infección por influenza puede ser más grave para las personas que tienen asma, incluso si es leve o sus síntomas son controlados con medicamentos.
Los más vulnerables
La doctora Candia Florentín menciona que una vez que se diagnostica influenza se recomienda guardar reposo para evitar el contagio, así también son importantes mantener la higiene de manos con agua y jabón. Luego se aplica alcohol en gel, mantener ambientes limpios y ventilados, al toser o estornudar cubrirse la boca o la nariz con el brazo.
“El tratamiento recomendado generalmente es sintomático (descongestivos, antihistamínicos, antipiréticos), pero en ocasiones el médico puede indicar antivirales en pacientes con alto riesgo de complicaciones, como los mayores de 65 años de edad, niños menores de dos años, pacientes con enfermedades crónicas: diabetes, insuficiencia cardíaca, asma y mujeres embarazadas”, acota.
La doctora Samudio insiste en que es fundamental que todas las personas de seis meses de edad en adelante se vacunen anualmente contra la influenza, incluso cuando los virus contra los que brinda protección la vacuna no hayan variado desde la temporada anterior. El motivo es que la protección inmunitaria que adquiere una persona al vacunarse disminuye con el tiempo, por lo que es necesario vacunarse anualmente para obtener la óptima protección.
Reacciones leves
“Algunas personas manifiestan tener reacciones leves a la aplicación contra la influenza. Las más comunes a esta vacuna incluyen dolor, enrojecimiento o inflamación en la zona que duran menos de dos días. No puede causar la enfermedad, ya que no posee virus vivos”, informa.