Infante sano

Existen ciertos chequeos o pruebas que se deberán realizar al recién nacido para confirmar que se encuentra en óptimas condiciones. El test del piecito es un valioso diagnóstico y las vacunaciones en el momento correspondiente evitan patologías peligrosas.

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Luego del nacimiento, el bebé será sometido a las evaluaciones a fin de diagnosticar cualquier anomalía y tratarla a tiempo para evitar daños irreversibles.

La Dra. Emma Valdez, pediatra, señala que en nuestro país se realiza el denominado test del piecito dentro del Programa de prevención del retardo mental, del Ministerio de Salud Pública. Es llamado así porque la muestra de sangre que se obtiene por punción en el talón del recién nacido.

“Dicho test determina niveles de TSH (siglas en inglés de la hormona estimuladora de la tiroides) para diagnóstico precoz del hipotiroidismo. Esta enfermedad se caracteriza por la disminución de la actividad funcional de la glándula tiroides y el descenso de secreción de hormonas tiroideas y de fenilalanina, un aminoácido y uno de los constituyentes naturales presentes en todas las proteínas, vegetales o animales, para diagnóstico de la fenilcetonuria. Esto es el error congénito del metabolismo causado por la carencia de la enzima fenilalanina hidroxilasa; ambas enfermedades deben ser tratadas lo antes posible”, aconseja la profesional.

La galena aclara que “el test del piecito es fundamental ya que puede confirmar la diferencia entre un niño normal y otro con severo retardo mental, debe realizarse entre el segundo y el séptimo día de vida. Es gratuito y obligatorio”.

Por su parte, la Dra. Julia Coronel, pediatra, apunta que así como los test, también es imprescindible la vacunación del recién nacido. Es muy necesaria pues es la mejor herramienta para prevenir ciertas patologías; los padres tienen que tomar conciencia de que se dispone en Paraguay de todas las vacunas contra enfermedades que se pueden prevenir por medio de ellas.

“La falta de información constituye una de las causas por las que los padres no vacunan a sus hijos, además por temor a los efectos colaterales que podrían producir las vacunas, pero estos son mínimos considerando la ventaja que tienen a la hora de prevenir enfermedades graves”, agrega la pediatra.

Una de las vacunas protege contra el neumococo, el Dr. Ricardo Iramain, pediatra, informa que los bebés de dos, cuatro y seis meses, así como los de 12 a 15 meses son los que deben recibir la vacuna contra el neumococo 13 valente, por ser de mayor cobertura, ya que estos niños tienden a presentar patologías graves causadas por una infección neumocócica.

“Los padres deben estar atentos y en alerta ante la presencia de: dificultad para respirar, el niño no presenta apetito, tiene fiebre, tos, dolor de oído, entre otros síntomas”, resalta.

El Dr. Iramain acota que “el neumococo es un microorganismo patógeno que podría generar enfermedades graves e incluso mortales, como por ejemplo, peritonitis, o meningitis. Recuerde que las vacunas previenen las infecciones por neumococo. El médico indicará a su paciente el tratamiento vía oral a base de antibióticos, pero si el caso es muy grave se realizará por vía endovenosa”.

Con respecto a las vacunas la pediatra Coronel menciona que “los niños desde su nacimiento deben ir a sus controles médicos y no sólo cuando presentan alguna enfermedad. Es importante que al salir de un centro de salud, público o privado, tengan la agenda pediatrica a fin de conocer qué vacunas serán necesarias y así contrarrestar ciertas patologías”.

“Los padres y encargados deben leer la información del crecimiento y desarrollo del bebé, la manera correcta de dar de mamar y qué vacunas tienen que recibir durante su crecimiento”, finaliza.

Consulte a su pediatra.

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