Cargando...
La doctora Luz Talavera, pediatra, indica que “el cabello sucio y enredado es el sitio ideal para los piojos, porque es muy difícil la extracción de este insecto en estas condiciones, ya que las liendres se adhieren más fácilmente y además disminuye la posibilidad de que los pediculicidas cumplan su función de erradicar al parásito”.
Los piojos se alimentan de la sangre del cuero cabelludo, y cuando es mucha la cantidad pueden incluso producir anemia, que se evidencia con cansancio y sueño en los niños, además de lesiones posrascado que pueden infectarse y tener granos en la cabeza, según explica la médica.
Además, señala que “es imprescindible que los padres, tanto mamá como papá, realicen la inspección de las cabecitas de sus niños en el tiempo que le sea posible, puesto que es la única forma de descubrir a los piojos”.
Afirma que “la inspección de la cabeza del niño se enfatizará más aún cuando se informe que un sólo compañero es portador, pues con la presencia de un piojo que ponga sus huevos es suficiente para la diseminación. Siempre debemos revisar toda la cabeza observando con detenimiento, en especial alrededor de la parte superior del cuello, es decir, donde se inicia el cabello en la nuca, y detrás de las orejas, que son los lugares más comunes para encontrar los huevos”.
Desinfectar los peines
La doctora señala que los peines se deberán desinfectar. Para ello, “llene una olla con agua y coloque en el fuego hasta que llegue a hervir. Saque la olla del fuego una vez que el agua comience a hacer burbujas. Sumerja en el agua caliente (por unos 10 minutos –no menos de 5 minutos– para exterminar adecuadamente los piojos y las liendres) los peines y los cepillos”.
“Si tiene cepillos o peines que se puedan dañar con el agua caliente, puede usar una solución de vinagre más agua para limpiar, para ello sumerja los cepillos y peines por lo menos una hora. Luego enjuague en agua caliente una vez que haya pasado la hora. Se debe realizar después de cada peinada si el niño ya tiene piojos”.
Recuerde
- Los piojos se trasladan de manera fácil, especialmente entre los niños en edad escolar, ya que comparten el aula y la proximidad entre ellos, lo que favorece la diseminación por contacto cercano.
- El niño con piojos rasca su cabeza y transporta el piojo en sus uñas o su ropa y entra en contacto con el compañerito.
- Además, se transmite al compartir toallas, sábanas, quepis, gorros, sombreros, cepillos o peines de alguien que tenga piojos.